La junta de accionistas de Twitter programada regularmente para los miércoles no incluyó una votación sobre la oferta de 44.000 millones de dólares del multimillonario Elon Musk por la plataforma social. Esa votación tendrá lugar en una fecha aún no determinada en el futuro.
Musk no se unió a la reunión, aunque podría haberlo hecho, al ser uno de los mayores accionistas de Twitter.
Pero el drama que rodea a su oferta -casi todo creado por el propio Musk- amenazó con desbordar los procedimientos del miércoles. Los accionistas que plantearon propuestas para la votación invocaron con frecuencia su nombre. Una de las propuestas, presentada por el Fondo de Jubilación Común del Estado de Nueva York, pedía un informe sobre las políticas y procedimientos de Twitter en torno a las contribuciones políticas con fondos corporativos. Se aprobó en una votación preliminar.
Dos propuestas presentadas por grupos de tendencia conservadora no obtuvieron suficientes votos para ser aprobadas. Una pedía una auditoría sobre el “impacto de la empresa en los derechos civiles y la no discriminación” y se refería a los “programas antirracistas que pretenden establecer una ‘equidad racial/social’” como “profundamente racistas”. La otra pedía más información sobre las actividades de los grupos de presión de la empresa.
Varias de las propuestas se refirieron al profundo conflicto existencial que se está produciendo entre los usuarios, los empleados y los accionistas de Twitter. Mientras los accionistas de un lado arremeten contra la empresa por lo que consideran una política demasiado liberal y un sesgo contra los conservadores (de lo que no hay pruebas fiables), otros dicen que la empresa no protege a los usuarios del acoso, el abuso y la desinformación.
El edicto de “libertad de expresión” de Musk -que ha indicado que regirá la empresa si se hace cargo, sin ofrecer detalles- no ha hecho más que avivar el conflicto.
Musk había prometido que hacerse cargo de Twitter le permitiría librar a la plataforma de medios sociales de sus molestos “bots de spam”. Pero ha estado argumentando, sin presentar pruebas, que podría haber demasiadas de esas cuentas automatizadas para que el acuerdo siga adelante.
El brusco giro del hombre más rico del mundo no tiene mucho sentido, salvo como táctica para echar por tierra o renegociar un acuerdo que le resulta cada vez más costoso, según dijeron los expertos la semana pasada. El hecho de que todo el asunto se desarrolle públicamente -en Twitter, nada menos- no hace sino aumentar el caos que ha sido una constante en la oferta de Musk, incluso antes de que la hiciera.
A principios de mayo, el mercurial multimillonario tuiteó que el acuerdo estaba “en suspenso” porque quería precisar el número de spam y cuentas falsas en la plataforma de medios sociales después de afirmar que la propia estimación de Twitter es demasiado baja.
Los expertos dicen que Musk no puede suspender el acuerdo unilateralmente, aunque eso no le ha impedido actuar como si pudiera. Si se retira, podría tener que pagar una cuota de ruptura de 1.000 millones de dólares. Por otra parte, Twitter podría demandar a Musk para obligarle a seguir adelante con el acuerdo, aunque los expertos creen que es muy poco probable.
La incertidumbre ha afectado a las acciones de Twitter. Las preocupaciones de los inversores sobre el sector de las redes sociales han arrastrado las acciones a la baja este año. A última hora del lunes, Snap, que gestiona la aplicación Snapchat, que incluye mensajes que se desvanecen y efectos especiales de video, emitió una grave advertencia de beneficios, diciendo que “el entorno macroeconómico se ha deteriorado más y más rápido de lo previsto” desde el mes pasado.
Las empresas de redes sociales compiten por el mismo fondo de dinero para publicidad que está cada vez más amenazado por el aumento de la inflación y también por los cambios en Apple que pueden restringir la información que las plataformas de redes sociales pueden recopilar sobre los usuarios, un gran punto de venta para los anunciantes.
Las acciones de Snap Inc. se desplomaron un 43% el martes, aunque recuperaron parte de la pérdida el miércoles, subiendo casi un 12% a 14,31 dólares.
Las acciones de Twitter subían 1,09 dólares, o un 3%, a 36,83 dólares en las primeras operaciones de la tarde del miércoles. Musk ha acordado pagar 54,20 dólares por acción.
En su propia reunión anual de accionistas del miércoles, la empresa matriz de Facebook, Meta Platforms, y su consejero delegado fundador, Mark Zuckerberg, se enfrentaron a acaloradas críticas de los accionistas.
Las críticas se centraron en los algoritmos de Facebook, en los controles poco rigurosos de la desinformación y en los contenidos de odio que, según los accionistas descontentos, han socavado la democracia, han provocado asesinatos y caos y han tenido un efecto corrosivo en los niños.
El descontento inspiró una serie de propuestas que pretenden exigir a Meta que se someta a una supervisión más independiente de Facebook, Instagram y sus otros productos, al tiempo que se reduce el poder de Zuckerberg, cuya participación mayoritaria en la empresa llevó a un accionista indignado a arremeter contra él como un “oligarca elitista” durante la reunión de 70 minutos.
Pero ninguna de las 12 propuestas recibió más del 30% de apoyo, según los resultados preliminares anunciados el miércoles. Este resultado desigual refleja en gran medida el férreo control que ejerce Zuckerberg con su participación mayoritaria en una empresa que, como es sabido, creó en un dormitorio de Harvard hace casi 20 años.
El presidente de Meta, así como su consejero delegado, y los otros ocho consejeros de la empresa también recibieron un respaldo superior al 90% para continuar en sus puestos. El contundente apoyo se produjo apenas unos días después de que un importante fondo de pensiones de Nueva York que posee acciones de Meta dijera que votaría en contra de los directores en señal de protesta.
(Por Barbara Ortutay - AP)
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