El presidente Joe Biden declaró el miércoles que “la Segunda Enmienda no es absoluta”, mientras pedía nuevas limitaciones a las armas de fuego tras la masacre de esta semana en una escuela primaria de Texas.
Cuando se aprobó la enmienda, dijo, “no se podía poseer un cañón. No podías poseer ciertos tipos de armas. Siempre ha habido limitaciones”.
Biden vertió sus declaraciones en la Casa Blanca antes de firmar una orden ejecutiva sobre la vigilancia policial en el segundo aniversario de la muerte de George Floyd.
Dijo que visitaría Texas junto con la primera dama, Jill Biden, en los próximos días para “con suerte, llevar un poco de consuelo a la comunidad”.
“Viajaremos a Texas en los próximos días para reunirnos con las familias (...) y con suerte ofrecer algo de consuelo a una comunidad conmocionada, dolida y traumatizada”, dijo este miércoles el presidente al presentar una orden ejecutiva para reformar los protocolos de las fuerzas de seguridad federales.
Biden, quien no concretó la fecha exacta de su visita, defendió la necesidad de aprobar leyes de control de armas “de sentido común”, que si bien no servirían para prevenir cualquier tragedia, podrían tener un gran impacto sobre los niveles de violencia con armas del país.
“La idea de que un joven de 18 años pueda entrar en una tienda y comprar armamento de guerra diseñado y promocionado para matar es una equivocación”, lamentó el presidente.
El mandatario volvió a hacer un llamamiento a enfrentarse al “lobby” de las armas.
“Es el momento de actuar”, dijo mientras pedía al Senado que confirme la nominación del candidato propuesto por la Casa Blanca para liderar la agencia gubernamental que se encarga de supervisar el cumplimiento de las leyes de armamento.
La Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) lleva siete años sin un director permanente por falta de acuerdo.
El martes por la tarde, un joven de 18 años armado con un rifle automático asesinó a 19 niños y dos maestras en una escuela de primaria de la localidad texana de Uvalde, antes de ser abatido por disparos de la Policía.
Los 19 niños y 2 maestras se encontraban en una misma clase, en la que se atrincheró el atacante y disparó indiscriminadamente contra los presentes, informó este miércoles la Policía.
En declaraciones a los medios, el portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Chris Olivarez, explicó que el agresor disparó contra su abuela en casa, luego se montó en un vehículo y tuvo un accidente en las cercanías de la escuela Robb Elementary.
Fue en ese momento cuando las fuerzas de seguridad recibieron las primeras llamadas de alerta, indicando que un individuo armado se dirigía hacia el colegio.
“El atacante pudo ingresar a un salón de clases, se atrincheró dentro de ese salón y nuevamente comenzó a dispararle a numerosos niños y maestros que estaban en ese salón sin tener en cuenta la vida humana… Comenzó a dispararle a cualquiera que se interpusiera en su camino”, afirmó en NBC.
Es el segundo asesinato masivo en el país en menos de dos semanas; el pasado 14 de mayo, un supremacista blanco asesinó a diez personas, la mayoría afroamericanos, en un supermercado de la localidad de Búfalo, en Nueva York.
Numerosos políticos del Partido Demócrata y líderes civiles han pedido que haya mayores controles a la compra de armas en el país, mientras que las autoridades republicanas de Texas han puesto el foco sobre los problemas de salud mental que, en su opinión, se encuentran en la raíz del suceso.
(Con información de EFE)
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