La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, dijo este jueves que no importarán petróleo de Irán ni de Venezuela.
Así se pronunció la funcionaria norteamericana en una audiencia ante el Congreso, dos días después de que el Gobierno anunciara que aliviará algunas sanciones al régimen venezolano, en un gesto para alentar la reanudación de las negociaciones entre la oposición y la dictadura de Nicolás Maduro.
El senador del Partido Republicano, Rick Scott, sin embargo, cuestionó a Granholm y al gobierno de Joe Biden sobre este relajamiento de algunas sanciones: “¿Por qué querría hacer negocios con Maduro, quien ha cometido un genocidio contra sus propios ciudadanos y millones de personas han tenido que irse de Venezuela porque están obligados a morir de hambre en este país?”.
Los cambios limitados permitirán a Chevron Corp negociar su licencia con la petrolera estatal PDVSA pero no perforar ni exportar petróleo de origen venezolano, según detallaron desde Washington.
Chevron, con sede en California, es la última gran compañía petrolera estadounidense en hacer negocios en Venezuela, donde invirtió por primera vez en la década de 1920. Sus cuatro filiales con PDVSA produjeron alrededor de 200.000 barriles por día en 2019, pero en 2020 el gobierno de Estados Unidos le ordenó reducir la producción y desde entonces solo se le ha permitido realizar trabajos esenciales en pozos petroleros para preservar sus activos y niveles de empleo en Venezuela.
El cambio permite a “Chevron negociar los términos de posibles actividades futuras en Venezuela”, dijo un alto funcionario estadounidense a la prensa el martes. “No le permite entrar en ningún acuerdo con PDVSA ni... el sector petrolero venezolano. Así que, en el fondo, sólo se les permite hablar”.
Este martes, en el marco de la 7ª Conferencia Anual de Seguridad Hemisférica celebrada en la Universidad Internacional de Florida (FIU, por sus siglas en inglés), Juan Gonzalez, Asistente Especial del presidente Joe Biden y Director Principal del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, aclaró que el alivio de las sanciones está sujeto a medidas que lleven a elecciones libres en Venezuela.
“En el caso de Venezuela está muy claro. Vamos a aliviar la presión a partir de acciones, resultados ambiciosos y concretos, que lleven a Venezuela a elecciones libres y democráticas, y solamente lo haremos de esa manera”, comentó Gonzalez.
Y agregó: “Si hay algún tipo de atraso, de retroceso, entonces volveremos a aplicar las sanciones”.
Decenas de venezolanos, incluido el fiscal general del país y el jefe del sistema penitenciario, y más de 140 entidades, entre ellas el Banco Central de Venezuela, seguirán sancionadas. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos continuará prohibiendo las transacciones con el régimen venezolano y PDVSA dentro de los mercados financieros estadounidenses.
El propio Maduro está bajo acusación en Estados Unidos, señalado de conspirar para “inundar Estados Unidos con cocaína” y de utilizar el narcotráfico como “arma contra Estados Unidos”.
La dictadura chavista suspendió las conversaciones con la oposición en octubre luego de la extradición a Estados Unidos del testaferro de Maduro. El dictador en ese momento condicionó su regreso a la mesa de negociaciones a la liberación del empresario Alex Saab, quien fue extraditado desde la nación africana de Cabo Verde.
Con información de EFE y AP
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