Los abuelos de una niña de Virginia (EEUU) de siete años enfrentan cargos de asesinato y otros potenciales crímenes después de que la menor fuera mutilada hasta la muerte por su perro rottweiler.
La niña, de nombre Olivia Grace Floyd, fue atacada fatalmente por el perro de cuatro años en la casa de sus abuelos en Waynesboro (Virginia) el pasado 29 de enero.
Tras el ataque, Olivia fue llevada de urgencia al hospital en una ambulancia, pero murió a causa de sus heridas.
El abuelo adoptivo Stephen Kachmar, de 60 años, y la abuela Penny Lee Bashlor, de 64, enfrentan hasta 70 años tras las rejas si son declarados culpables de asesinato no capital, homicidio involuntario, abuso infantil y posesión de un perro peligroso.
Los padres de la niña, Brooks Anthony Floyd, de 39 años, y Alicia Rene Floyd, de 37, enfrentan cargos menores de crueldad y lesiones a un niño, que conllevan una sentencia de cinco años, según el Departamento de Policía de Waynesboro.
Los cuatro fueron arrestados el viernes luego de una extensa investigación y una acusación por parte de un gran jurado especial, dijo la policía.
Tanto los abuelos como el padre languidecen en una celda de la cárcel regional de Middle River en espera de juicio, pero Alicia ha sido puesta en libertad bajo fianza.
Otra mujer también resultó herida en el ataque, pero la policía no la identificó. El perro fue llevado y sacrificado por las autoridades.
El Rottweiler de 54 kilos tenía antecedentes de ataques violentos, según la policía.
Según la prensa local, el pasado 11 de septiembre de 2020, un hombre de Waynesboro de 23 años caminaba por Parker Heights Road cuando el rottweiler se soltó de la correa de una mujer, atacó y mordió al peatón.
En el informe, la víctima de la mordedura describió al perro como “muy agresivo”. El ataque dejó una cicatriz permanente en el pecho del hombre, dijo un familiar.
El perro estuvo en cuarentena en su casa durante diez días, pero no se presentaron cargos.
Olivia fue recordada en su obituario como una estudiante de segundo grado que amaba las porristas, la gimnasia, la danza, los unicornios y los animales.
Su familia solicitó a los asistentes a su funeral que usaran ropa ‘congruente con una celebración’, incluidos los colores rosado y morado, que eran los favoritos de la niña.
Seguir leyendo: