En el año 1973 la Corte Suprema de Justicia de EEUU falló a favor de la legalización del aborto en todo el territorio estadounidense en el renombrado caso Roe v. Wade. Desde entonces, y por casi 50 años, con diferencias dependiendo el estado, el aborto ha sido legal en todo el país. Pero en los último años varios estados han disputado esta noción con leyes locales, como la aprobada en Texas recientemente, que ponen grandes restricciones al acceso al aborto. El caso llegó hasta la Corte Suprema, y ahora, según la opinión escrita por el magistrado Samuel Alito, pareciera que la corte de mayoría conservadora dejaría sin efecto el histórico fallo de la década del ‘70.
Ante esta posibilidad, el presidente Joe Biden, quien tiene un largo historial de apoyo al derecho a elegir, ha enviado un largo comunicado de prensa en el que primero aclara que aún no está claro lo que va a decidir la corte.
“No sabemos si el borrador refleja la decisión final de la corte. Pero con esa consideración, quiero aclarar tres puntos sobre los casos que analiza la Corte Suprema”, comienza indicando Biden en el comunicado.
El primero de los puntos que argumenta el presidente es una defensa al trabajo hecho por su administración defendiendo Roe v. Wade. El gobierno federal actuó como defensa en la revisión de estos casos, y presentaron evidencia legal acerca del derecho federal de acceso al aborto.
“Creo que el derecho de la mujer a elegir es fundamental, Roe v. Wade ha sido la norma en el país durante casi 50 años. La equidad básica y la estabilidad de nuestra ley exigen que no se anule”, afirmaba el presidente.
En el segundo punto de su argumentación, Biden hace referencia a la ley SB 8 de Texas a la que cataloga como una legislación que restringe los derechos reproductivos de la mujer, y da los primeros indicios de cómo actuará en caso de que se confirme un fallo en contra del derecho al aborto por parte de la Corte Suprema.
“Ordené a mi Consejo de Política de Género y a la Oficina del Asesor Jurídico de la Casa Blanca que preparen opciones de una respuesta de la Administración al continuo ataque al derecho al aborto y a los derechos reproductivos, bajo una variedad de posibles resultados en los casos pendientes ante la Corte. Estaremos preparados cuando se emita cualquier fallo”, afirmaba Biden.
Por último, el presidente fue directo al tema electoral, ligando el tema del aborto con las elecciones de medio término.
“Si la Corte Suprema anula Roe v. Wade, dependerá de los oficiales electos en todos los niveles de gobierno de la nación proteger el derecho de las mujeres a elegir. Y dependerá de los votantes decidir en noviembre a representantes políticos a favor del derecho a elegir. A nivel federal, necesitamos más senadores a favor, y una mayoría en la cámara de representantes para convertir Roe v. Wade en ley, algo en lo que voy a trabajar y firmar como legislación”, se comprometía el presidente.
Hay varias cosas a destacar de esta declaración. Por primera vez en su presidencia, Biden menciona la palabra aborto. Hasta ahora siempre había hablado de derecho a elegir o de decisión personal, pero es la primera vez que el presidente nombra el aborto.
Su partido, que ha estado dividido últimamente por temas relacionados a inmigración y economía, se unió en un frente único en condena de lo que parece será la decisión de la Corte Suprema.
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