La próxima solicitud de gasto suplementario del presidente de Estados Unidos, Joe Biden para Ucrania incluirá dinero para hacer frente a la creciente crisis alimentaria mundial, indicó este miércoles el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
“Este es un problema muy, muy dramático que ya existía, por supuesto”, señaló Blinken a la Subcomisión de Asignaciones de Operaciones Estatales y Extranjeras del Senado, donde testificó sobre la solicitud de presupuesto del gobierno de Biden para el año fiscal 2023. “Se ha exacerbado por la agresión de Rusia, por la invasión”, dijo.
Blinken no ofreció una estimación sobre la cantidad de dinero que Biden solicitaría para la ayuda alimentaria. Mientras el secretario declaró ante el panel del Senado, la administración Biden anunció que iba a contribuir con 670 millones de dólares en ayuda humanitaria adicional para hacer frente a los impactos de la crisis alimentaria mundial de la invasión rusa, y los nuevos fondos irían más allá.
El hambre está aumentando debido a la sequía inducida por el cambio climático y a los cambios en los patrones meteorológicos, a los conflictos en curso en lugares como Afganistán, Yemen y Etiopía, y a las limitaciones de la cadena de suministro creadas por la pandemia de COVID-19. La invasión de Rusia en febrero de Ucrania, uno de los mayores productores mundiales de trigo, está agravando el problema, especialmente en el mundo en desarrollo.
Hasta la semana pasada, el Índice de Precios Agrícolas había subido un 43 por ciento en comparación con el pasado mes de enero, mientras que el maíz y el trigo habían subido un 56 por ciento y un 55 por ciento, respectivamente, en el mismo periodo de tiempo, según un informe del lunes del Banco Mundial.
“Tenemos a los agricultores ucranianos, que en lugar de poder ocuparse de sus cultivos se han visto obligados a luchar o a huir”, explicó Blinken, en la segunda de las cuatro comparecencias programadas en el Capitolio esta semana.
“Tenemos a Rusia bloqueando los puertos del mar Negro, de modo que aunque Ucrania está produciendo mucho trigo, éste no puede salir del país debido a este bloqueo. Todo eso está teniendo un efecto, no sólo en la región inmediata, sino en todo el mundo”, agregó.
El Banco Mundial calcula que cerca de 2.370 millones de personas --aproximadamente el 30 por ciento de la población mundial-- carecerán de acceso a una alimentación adecuada en 2022. Y la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias, una iniciativa de las Naciones Unidas y la Unión Europea, calcula que 161 millones de personas corrieron el riesgo de morir de hambre el año pasado, lo que supone un aumento del 4 por ciento respecto a 2020.
“Somos la nación más rica y poderosa de la Tierra, tenemos que intervenir en eso”, expresó el presidente de Apropiación del Senado, el demócrata Patrick J. Leahy, al tiempo que instó a Blinken a presionar a la Casa Blanca para que incluya una solicitud de fondos para los esfuerzos de vacunación mundial en la solicitud de gastos de emergencia relacionados con Ucrania.
En este sentido, Lindsey Graham, el republicano de mayor rango en el subcomité de Asignaciones que supervisa la ayuda exterior, sumó su voz a los que apoyan la financiación de emergencia para la asistencia internacional COVID-19 y la ayuda alimentaria.
“El Programa Mundial de Alimentos está bajo asedio”, señaló el republicano de Carolina del Sur. “Así que se habla mucho en el edificio de otro suplemento. Cuenten conmigo”, dijo.
Por su parte, el senador demócrata Cory Booker, en una audiencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado celebrada el martes, también preguntó a Blinken sobre los planes de la administración para hacer frente a la escasez de alimentos.
“Es un área de intensa atención para nosotros”, respondió el secretario, señalando que la administración utilizaría su presidencia rotativa del Consejo de Seguridad de la ONU en mayo para centrarse en la inseguridad alimentaria mundial.
“Estamos trabajando ahora mismo con países de todo el mundo para que aumenten las donaciones que hacen y los recursos que aportan al Programa Mundial de Alimentos, a la Organización para la Agricultura y la Alimentación. Estamos presionando a los países que tienen grandes reservas de alimentos para que las pongan a disposición, y no para que establezcan restricciones a la exportación”, subrayó Blinken.
En este contexto, Booker recalcó que hay una “necesidad urgente” de aproximadamente 10.000 millones de dólares para hacer frente al hambre en el mundo y dijo que Estados Unidos debería aportar entre 5.000 y 7.000 millones de dólares de esa cantidad para producir donaciones de otros países donantes ricos.
“Los dólares invertidos en seguridad alimentaria nos ahorran ahora cientos de dólares en términos de la inestabilidad que se crea cuando no hacemos frente a estas crisis”, insistió Booker.
“Así que espero que el gobierno de Biden, en su próximo paquete de medidas para Ucrania, ya que se trata de cuestiones relacionadas, pida los recursos necesarios para hacer frente a esta crisis”, sentenció.
(Con información de Europa Press)
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