Estados Unidos y la Unión Europea anunciarán este viernes un acuerdo para el envío de gas natural licuado (GNL) desde Washington a los países europeos, según dijo este jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
“Mañana, con el presidente Biden, presentaremos un nuevo capítulo en nuestra asociación energética. Se trata de gas natural licuado adicional de EEUU a la UE, sustituyendo el gas natural ruso que tenemos por ahora”, dijo Von der Leyen a su llegada a la cumbre que los líderes europeos celebran este jueves en Bruselas y a la que está invitado Biden. “Es un importante paso adelante”, aseguró.
Según tres personas familiarizadas con el asunto, consultadas por el diario británico Financial Times, Estados Unidos está ultimando su plan de suministrar a la UE hasta 15.000 millones de metros cúbicos adicionales de gas natural licuado para finales de 2022.
El acuerdo pretende ayudar a la UE a reducir su dependencia del gas natural procedente de Rusia, ya que el bloque se apresura a reducir las importaciones rusas en dos tercios este año. Los suministros de GNL de EEUU contribuirían al objetivo, fijado por la UE este mes, de sustituir 50.000 millones de cm de gas que actualmente aporta Rusia por suministros alternativos. En 2021, Estados Unidos suministró a Europa 22.000 millones de centímetros, según datos de la UE.
Von der Leyen llegó este jueves a la sede del Consejo Europeo tras haber participado en la cumbre del G7, donde los países más industrializados del mundo han decidido restringir las ventas de oro de Rusia y reducir su dependencia energética de Moscú.
La presidenta del Ejecutivo comunitario dijo también que la energía sería “un tema importante en la cumbre europea” y aseguró que “el objetivo principal” es la compra conjunta de gas para poder ganar influencia con “el poder del mercado europeo”, así como el almacenamiento conjunto de esta fuente energética.
Los líderes europeos estudian distintas fórmulas para lograr reducir los precios de la energía. Precisamente la Comisión Europea presentó el miércoles cinco opciones para lograr este objetivo, que van desde poner un tope al precio del gas en el mercado mayorista, compensar los costes de producción de empresas que generen electricidad con combustibles fósiles, redirigir los “beneficios caídos del cielo” a los consumidores o crear un agregador que garantice un precio bajo a consumidores vulnerables.
Bruselas también presentó una propuesta legislativa para obligar a que los Estados miembros tengan sus almacenes de gas llenos al menos al 80 % de cara al próximo invierno y un mecanismo para poder retirar el control de los depósitos a compañías de terceros países, como la rusa Gazprom, si su comportamiento amenaza la seguridad de suministro.
El documento sobre energía presentado por la Comisión es el tercero de los últimos cinco meses, en los que el Ejecutivo, presionado por países como España, Grecia, Rumania, Francia, Italia o Bélgica, se ha ido abriendo progresivamente a intervenir en el mercado, algo impensable en Bruselas hace medio año y que sigue sin agradar a Alemania o Países Bajos.
Con información de EFE
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