El ex presidente de EEUU Donald Trump rompió el silencio y fue categórico negando un nuevo reporte que indica que en sus tiempos en la Casa Blanca se tiraba evidencia por los inodoros, llegando a tapar las cañerías, alegando que de esta manera se deshacían de evidencia.
La acusación aparece en el nuevo libro de Maggie Haberman, periodista del periódico New York Times, según se divulgó en un adelanto de la investigación. Según la periodista, varios empleados de la Casa Blanca le contaron que con frecuencia encontraban las cañerías de los baños tapadas por pedazos de papel de oficina, lo que los llevaba a pensar que alguien estaba intentando deshacerse de evidencia.
“Otra historia falsa. Esto es categóricamente mentira y sencillamente fue inventado por una periodista para ganar publicidad y vender más libros de una historia mayoritariamente de ficción”, afirmaba el ex presidente a través de un comunicado enviado a los medios.
En el libro de Haberman se menciona además que el ex presidente tenía la costumbre de romper papeles después de leerlos, y que algunos de sus empleados luego los pegaban con cinta, para mantener un archivo, tal como indica la ley. Sobre este tema no se pronunció el presidente Trump.
La polémica cobra otra dimensión precisamente porque el departamento de Archivos Nacionales y Récords de la Administración confirmó que confiscaron 15 cajas con documentos que estaban en la casa del presidente Donald Trump en Florida, Mar-A-Lago, pese a que pertenecían a los archivos nacionales.
Además, los Archivos Nacionales le pidieron al Departamento de Justicia que examinaran el tratamiento que la administración Trump le dio a los récords presidenciales, bajo sospecha de que pudieron haberse violado leyes que regulan el tratamiento que se le deben dar a los documentos presidenciales. En el comunicado enviado por la oficina del ex presidente, también se toca el tema de los Archivos Nacionales.
“La agencia federal, de manera abierta y con buena voluntad, coordinó con el Presidente Trump el transporte de las cajas que contenían cartas, récords, diarios, revistas y varios artículos. Los documentos fueron entregados de manera simple, sin conflicto alguno, sobre una base muy amistosa, que es muy diferente del modo en el que el intercambio fue descrito por las cadenas de noticias falsas. De hecho, todo fue como parte de un acuerdo de rutina y no se trató de nada de gran relevancia”, aclararon los allegados al ex presidente en el comunicado.
Pero fue el propio ex presidente el que fue más allá y agregó que pese a que entregó todo de buena voluntad, legalmente cree que tenía derecho a quedarse con los documentos.
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