La Reserva Federal señaló el miércoles que planea comenzar a subir su tasa de interés de referencia tan pronto como en marzo, un paso clave para revertir sus políticas de bajas tasas de la era de la pandemia que han impulsado la contratación y el crecimiento, pero también la inflación.
El banco central estadounidense también decidió seguir con la reducción del ritmo mensual de compra de bonos, y planea eliminarlo por completo a principios de marzo.
En su comunicado al término de su reunión de dos días, la institución que preside Jerome Powell indicó que a partir de febrero pasará a comprar únicamente bonos por valor de 30.000 millones de dólares, tras haber ido reduciendo paulatinamente esta cifra desde los 120.000 millones mensuales.
La Fed destacó que la creación de empleo durante los últimos meses ha sido “sólida” y que el desempleo ha bajado “sustancialmente”, pero que la inflación sigue elevada a causa de “desequilibrios entre la oferta y la demanda relacionados con la pandemia y la reapertura de la economía”.
Con la alta inflación que aprieta a los consumidores y a las empresas y el desempleo que cae constantemente, la Fed también dijo que retiraría gradualmente en marzo sus compras mensuales de bonos, que han estado destinadas a bajar los tipos a largo plazo.
Las medidas de la Reserva Federal encarecerán con el tiempo una amplia gama de préstamos, desde las hipotecas y las tarjetas de crédito hasta los préstamos para automóviles y el crédito empresarial. A su vez, estos mayores costes de los préstamos podrían frenar el gasto de los consumidores y la contratación. El riesgo más grave es que el abandono de los tipos bajos por parte de la Fed pueda desencadenar otra recesión.
La última declaración de política del banco central se produce después de vertiginosas oscilaciones en el mercado de valores, ya que los inversores se han visto atenazados por el miedo y la incertidumbre sobre la rapidez y el alcance de la Fed para revertir sus políticas de tipos bajos, que han alimentado la economía y los mercados durante años. El índice S&P 500 cayó casi un 10% este mes, antes de repuntar ligeramente el miércoles.
La alta inflación también se ha convertido en una seria amenaza política para el presidente Joe Biden y los demócratas del Congreso, ya que los republicanos apuntan al aumento de los precios como una de sus principales líneas de ataque de cara a las elecciones de noviembre.
Sin embargo, Biden dijo la semana pasada que era “apropiado” que el presidente Jerome Powell ajustara las políticas de la Fed. Y los republicanos del Congreso han respaldado los planes de Powell de subir los tipos, proporcionando a la Fed un raro apoyo bipartidista para endurecer el crédito.
Los precios de las acciones han caído desde el comienzo del año, en parte en anticipación de los aumentos de tasas de la Fed. Con esta alza anunciada, se encarecerán los préstamos y podría desacelerar la economía y reducir las ganancias corporativas.
Los especialistas analizarán el anuncio en busca de indicios sobre la energía con la que actuará el banco central norteamericano para frenar la inflación, que se encuentra en su nivel más alto en 40 años y plantea riesgos políticos para la conducción económica del presidente Biden.
La tasa de referencia de la Reserva Federal se ha mantenido cercana a cero desde que estalló la pandemia en marzo de 2020 y provocó una recesión. Se espera que la Fed aumente esta tasa en marzo en un cuarto de punto porcentual a un rango de 0,25% a 0,5%. Los economistas esperan otras alzas en las tasas en el año.
Para restringir aún más el crédito, la Fed también planea en marzo finalizar sus compras mensuales de bonos. Más adelante este año, podría comenzar a reducir su enorme reserva de bonos del Tesoro e hipotecarios. En conjunto, estas medidas representan una reversión drástica de las políticas de tasas ultrabajas que impuso la Fed durante la recesión debido a la pandemia.
(Con información de AP y EFE)
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