El Gobierno estadounidense retiró este martes el requisito de la vacunación obligatoria o la presentación semanal de resultados negativos de coronavirus, a las compañías que tengan de 100 trabajadores en adelante, después de que el Tribunal Supremo fallara en contra de la medida.
La Administración de Salud y Seguridad Ocupacional del Departamento de Trabajo estadounidense (OSHA, por sus siglas en inglés) confirmó en un documento publicado en el Registro Federal del país que ha retirado la norma que había elaborado al respecto, y que iba a entrar en vigor en febrero.
En un comunicado, OSHA subrayó que “recomienda completamente” la vacunación de todos los trabajadores del país, y que está trabajando para “completar un estándar permanente” destinado a garantizar la seguridad de los empleados en medio de la pandemia.
La medida llega menos de dos semanas después de que el Supremo estadounidense, de mayoría conservadora, bloqueara el mandato de Biden para las grandes empresas del país, que habría afectado a unos 80 millones de trabajadores, más de dos tercios de la fuerza laboral del país.
Varios grupos empresariales y 27 estados liderados por conservadores demandaron al Gobierno de Biden para anular la medida, y finalmente seis de los nueve jueces del Supremo opinaron que el Ejecutivo federal no tenía suficiente autoridad como para emitir una orden de esas características.
El Gobierno de Biden había calculado que su mandato salvaría 6.500 vidas y evitaría 250.000 hospitalizaciones en apenas seis meses.
En cambio, el Supremo sí dio luz verde a otro mandato de Biden para que se vacunen los profesionales de más de 50.000 instalaciones sanitarias de EEUU, aquellas que reciben subsidios federales de los programas Medicare o Medicaid, y en las que trabajan unos 17 millones de personas.
EEUU es el país del mundo más afectado por la pandemia en términos absolutos, con más de 72 millones de casos de COVID-19 y más de 871.900 fallecimientos, de acuerdo con los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Entre tanto, la campaña para administrar la dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 en Estados Unidos pierde ímpetu, lo que ha desatado preocupación entre los expertos de salud que hacen un llamado a los estadounidenses para que reciban la inyección adicional para aumentar su protección contra la variante ómicron, que es sumamente contagiosa.
Apenas el 40% de los estadounidenses con esquema completo de vacunación han recibido una dosis de refuerzo, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). Y el número promedio de dosis de refuerzo administradas al día en el país ha disminuido de un máximo de 1 millón a principios de diciembre a unas 490.000 hasta la semana pasada.
(Con información de EFE y AP)
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