La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, según sus siglas en inglés) anunció que después de investigar el caso, se determinó que los tratamientos de anticuerpos monoclonales de Regeneron y Elli Lilly’s no son efectivos contra la variante Ómicron del COVID-19, por lo que el organismo gubernamental revisó su autorización de emergencia para el uso de estos medicamentos a última hora del lunes.
Florida, bajo el liderazgo del gobernador Ron DeSantis, ha sido uno de los estados que más ha impulsado el uso de este tipo de tratamientos. De hecho, el año pasado, el estado sureño compró millones de dosis que distribuyó de manera gratuita entre sus residentes. Hecho que cambió cuando el pasado mes de septiembre, el presidente Joe Biden firmó un decreto haciendo que todas las compras se centralicen a través del gobierno nacional.
Esto llevó a un enfrentamiento entre Tallahassee y Washington D.C., con acusaciones de DeSantis de desabastecimiento del medicamento. Pero apenas dos semanas atrás llegó a la Florida un cargamento de tratamientos de anticuerpos monoclonales. De inmediato el estado abrió centros de distribución gratuita de estos tratamientos para todo aquel con síntomas de COVID-19, mientras sean mayores de edad y tengan alguna condición pre-existente que los ponga en riesgo.
Pero desde la nueva determinación de la FDA, el estado de la Florida no tuvo más remedio que cerrar estos centros y cancelar las citas que ya tenían dadas para quienes querían recibir este tratamiento.
“Sin la más mínima rigurosidad, sin datos científicos que den soporte a la decisión, Biden ha puesto a los profesionales médicos en la difícil posición de tener que elegir entre darle tratamiento a sus pacientes o infringir la ley. Esta revisión indefendible quita los tratamientos de las manos de los profesionales médicos y le costará la vida a algunos estadounidenses. Hay consecuencias en la vida real al autoritarismo médico de Biden. Ahora el acceso a tratamientos de los estadounidenses está sujeto a la voluntad de un presidente que se encuentra de capa caída”, decía DeSantis a través de un comunicado enviado a la prensa.
Según la FDA, otros tratamientos que ha distribuido a los estados el gobierno federal, como Paxlovid, Molnupiravir y Remdesivir, funcionan contra la variante Ómicron. El problema es que la cantidad de dosis de estos tratamientos que se ha recibido es muy mínima.
Si bien la FDA anunció que están dispuestos a cambiar su decisión si se encontrara evidencia científica de que estos tratamientos funcionan, la Asociación Médica Estadounidense (el principal conglomerado médico del país) no se opuso a la decisión del organismo público.
“Estamos satisfechos con que la FDA haya seguido evidencia médica y haya limitado el uso de los tratamientos de anticuerpos monoclonales a aquellos que efectivamente funcionan contra la variante Ómicron”, indicaron a través de un comunicado.
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