Según unas proyecciones publicadas el miércoles por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la situación de la pandemia en Estados Unidos podría revertirse pronto: las muertes por el virus se desplomarían hasta en un 25% a principios del próximo mes.
Las muertes diarias en los EEUU podrían caer hasta 1.400 por día para la semana del 12 de febrero, un 25% menos que el promedio actual de muertes diarias de 1867. También estiman que se producirán entre 9.800 y 35.700 nuevas muertes por COVID durante la semana que finaliza el 12 de febrero.
Los totales proyectados coinciden con las cifras citadas por la Casa Blanca a principios de esta semana de que entre 58.000 y 305.000 estadounidenses morirán a causa del virus entre ahora y mediados de marzo, o entre 1.000 y 5.000 muertes por día en promedio durante los próximos dos meses.
Sin embargo, la directora de los CDC, Rochelle Walensky, dijo la semana pasada que los aumentos recientes en las muertes por COVID son más responsabilidad de la variante Delta, más grave que Ómicron, otro de los factores que haría que las muertes bajen en febrero. La variante tiene un 91% menos de probabilidades de causar la muerte que Delta. Las muertes diarias aumentaron un 8% durante la semana pasada, de 1.717 muertes la semana pasada a 1.867 a partir del miércoles.
Estados Unidos parece empezar a salir de la ola de coronavirus causada por la variante Ómicron. No obstante, el número de casos sigue siendo mucho más alto que durante cualquier ola previa de contagios y las hospitalizaciones por COVID están en su punto máximo.
Los CDC también proyectaron que se informarán entre 9600 y 36 900 hospitalizaciones por COVID durante la semana que finaliza el 11 de febrero, o entre 1371 y 5271 hospitalizaciones por día.
Los casos diarios ya no se incluyen en estas proyecciones de los CDC. Representa un cambio en el uso de los recuentos diarios de casos como un barómetro del estado actual de la pandemia en los EEUU, ya que la propagación desenfrenada de una variante más leve ha hecho que los recuentos diarios de casos a menudo parezcan mucho más preocupantes de lo que realmente son. Algunas organizaciones de medios, como AP, incluso han dejado de informar sobre nuevos registros diarios de casos en los estados de EEUU.
El gráfico de picos pronunciados (aumento y caída rápidos) podría seguir el mismo patrón observado en otros países afectados por esta cepa, como Sudáfrica, Gran Bretaña y Francia.
Un promedio de siete días de nuevos casos diarios alcanzó un máximo de alrededor de 795.000 el 13 de enero, de acuerdo al monitoreo realizado por los CDC.
Pese a que las cifras durante el fin de semana y los días festivos, como el lunes 17 de enero, muestran una menor tasa de informes de casos y deben leerse con cautela, los números ya venían descendiendo el viernes.
Los descensos fueron más pronunciados en los estados golpeados primero por la ola de Ómicron, particularmente en el noreste, como Nueva York, Nueva Jersey y Maryland. Por otro lado, los casos seguían aumentando aceleradamente en zonas del oeste, incluidos Nuevo México, Arizona y Utah.
Aunque Ómicron se muestra más leve en la mayoría de los casos que la variante delta, anteriormente dominante, las hospitalizaciones se mantienen en un máximo de poco menos de 160.000 pacientes, en parte debido a la gran cantidad de personas afectadas y en parte debido a infecciones coincidentes.
En cuanto al rumbo que tomará la pandemia, muchos expertos, entre ellos la máxima autoridad de enfermedades infecciosas de Estados Unidos, Anthony Fauci, tienen la esperanza de que el virus pueda continuar evolucionando hacia un patógeno más frecuente pero menos grave.
(Con información de AFP)
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