Estados Unidos reclamó este lunes a Corea del Norte que “cese sus actividades ilegales y desestabilizadoras” después de que Pyongyang disparara otros dos misiles balísticos.
En una conversación telefónica con sus homólogos de Japón y Corea del Sur, el enviado de Washington para Corea del Norte, Sung Kim, también pidió que Pyongyang acepte la oferta de diálogo sin condiciones y reiteró el “compromiso inquebrantable” de Estados Unidos “con la defensa de sus aliados”, según un comunicado del Departamento de Estado.
El representante estadounidense expresó su preocupación por estos lanzamientos, que “violan múltiples resoluciones de Naciones Unidas”, según subraya el Departamento de Estado.
La nota del portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price, también indicó que se “reafirmó el compromiso de Estados Unidos con la desnuclearización completa de la península de Corea”.
La llamada se convocó tras conocerse el último test de misiles de Corea del Norte. Dos “misiles balísticos de corto alcance” fueron disparados hacia el este desde un aeropuerto en Pyongyang la madrugada del lunes, según denunció el Estado Mayor Conjunto militar de Corea del Sur, un lanzamiento también confirmado por autoridades de Japón.
Según los análisis de la inteligencia surcoreana y estadounidense, los proyectiles volaron unos 380 kilómetros a una altitud máxima de 42 km antes de caer al mar, datos que coinciden con las estimaciones de las fuerzas armadas japonesas, que también vigilan la actividad armamentística norcoreana por la proximidad a su territorio.
Seúl y Washington “están realizando un análisis detallado” de los lanzamientos “para obtener información más específica”, señaló el JSC en un comunicado recogido por la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
Esas fueron las más recientes de una serie de pruebas de armamento realizadas por Pyongyang este año, incluidos ensayos con misiles hipersónicos, en momentos en que el líder del país, Kim Jong Un, persigue el objetivo declarado de fortalecer aún más las fuerzas armadas norcoreanas.
La demostración de fuerza militar de Corea del Norte se produce a pesar de las duras sanciones internacionales en su contra y de una economía duramente golpeada por un bloqueo de coronavirus autoimpuesto.
Corea del Norte no ha respondido a las ofertas de conversaciones de Washington, sino que prometió una respuesta “más fuerte y segura” a cualquier intento de frenar sus objetivos.
(Con información de EFE y AFP)
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