Los números de contagios de COVID 19 en el país van en aumento, al punto de que hoy se llegó al récord histórico desde el comienzo de la pandemia con unos 480 mil por día. Si bien se trata de casos más leves, en general, que aquellos de la variante Delta, la situación es preocupante.
Y el sur de la Florida no es la excepción. El porcentaje de positividad (es decir la cantidad de personas que se confirma tienen la infección sobre el total de los que se realizan la prueba) es del 24% en el condado de Miami Dade. Un mes atrás ese porcentaje estaba por debajo del 1 por ciento.
Con esto en mente, las autoridades de la Universidad de Miami (UM), la principal universidad privada del área, decidieron que al menos durante las dos primeras semanas de su próximo semestre, que se inicia el 18 de enero, las clases serán completamente virtuales. Ningún estudiante asistirá ni al campus ubicado en Coral Gables, ni al que se encuentra junto al estadio Marine, antes de llegar a Key Biscayne.
A través de un correo electrónico enviado anoche a todos los estudiantes y empleados de la universidad, el presidente de UM, Julio Frenk, dio la noticia confirmando que por el momento el plan es que las clases vuelvan a la normalidad en persona el 31 de enero -previendo que para entonces habrá descendido el número de casos-. Solamente aquellos empleados de la universidad que han estado trabajando durante el receso de verano en persona podrán continuar yendo a los edificios universitarios.
La orientación, que es el evento de presentación del sistema de clases para los nuevos estudiantes, y todo tipo de eventos que estaban planeados para las dos primeras semanas del semestre en los campus serán modificados para poder ser de manera virtual, o se les buscará una nueva fecha en el año.
Para el 31 de enero, los estudiantes que regresen a clases deberán mostrar una prueba de COVID-19 negativa realizada en las 72 horas previas a la vuelta a la universidad. Los alumnos que viven en las residencias de la universidad serán testeados nuevamente antes de ingresar a sus dormitorios.
Si bien UM no exige vacunación a sus alumnos, para que un miembro de la comunidad universitaria sea considerado como completamente vacunado deberá demostrar que recibió la dosis de refuerzo. Aquellos que no quieran de manera voluntaria demostrar que tienen dada hasta la dosis de refuerzo, deberán realizarse dos pruebas de COVID-19 a la semana.
La universidad mantendrá su política de exigir el uso de máscaras a todo aquel que esté a puertas cerradas, mientras que se ajustará a las nuevas reglas de los CDC (Centros para el Control de Enfermedades, por sus siglas en inglés), que indican que una persona con COVID 19 sin síntomas solo debe aislarse durante cinco días.
UM no es la única universidad tomando este tipo de medidas tras el resurgimiento de los casos de COVID-19. La Comisión de Gobernadores de la Florida, que controla 12 universidades públicas en el estado a las que asisten 330 mil estudiantes envió una carta firmada por el presidente Syd Kitson y el principal consejero de la organización, Marshall Criser, en la que urgen a los estudiantes y empleados a que utilicen máscaras en el regreso a clases y que se den la dosis de refuerzo de la vacuna.
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