London Breed, alcaldesa de San Francisco, decidió declarar el estado de emergencia en el barrio de Tenderloin, uno de los más pobres de la ciudad, por el aumento en las muertes por sobredosis y el alza en la violencia durante los últimos meses.
Acompañada por el jefe de la policía y personal de la salud, Breed aseguró que a diario al menos dos personas mueren en este barrio a consecuencia de una sobredosis que en general se ocasiona por el consumo de fentanilo, un poderoso opioide. Además de la crisis en Tenderloin, otras zonas de San Francisco, como South of Market, también están viendo el efecto de las adicciones y un alza en el número de crímenes violentos.
San Francisco es la ciudad con el costo de vida más alto de todo el país y, por ende, con uno de los problemas de falta de acceso a viviendas accesibles más altos de toda la nación. En zonas como Tenderloin se acumulan una enorme cantidad de personas sin techo y, además, tiene uno de los índices más grandes de todo el país en número de personas adictas a las drogas. Para complicar aún más la situación, con la pandemia se agravó la crisis de adicciones a las drogas en el mundo entero, y estos barrios marginales de San Francisco no han sido la excepción.
“Esta es una emergencia de salud pública que exige una respuesta a nivel de crisis. Con gran urgencia, coordinación y determinación para enfrentar esta epidemia”, afirmaba Breed al declarar el estado de emergencia.
Si bien puede parecer insignificante, la declaración de estado de emergencia cambia las reglas de juego para atacar estos problemas. Al estar en estado de emergencia se reducen los pasos burocráticos que de otro modo se deberían pasar para poder implementar medidas.
Se invertirá en infraestructura para que el vecindario sea más seguro, así como en una limpieza más frecuente de la zona. Pero el cambio fundamental pudiera llegar si se cumple el requisito de Breed de tener mayor coordinación para combatir actividades ilegales.
Hace solo una semana, London Breed anunció que tomará medidas enérgicas contra el consumo de drogas, los robos en los hogares y otros comportamientos delictivos, que según ella, se han burlado de la tolerancia y la compasión de la ciudad.
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