Los hospitales de EEUU lidian con el alza de contagios: “Es probable que Ómicron provoque un aumento gigantesco y no podemos manejarlo”

La situación es más grave en regiones de clima frío, donde las personas se están reuniendo en espacios cerrados y las infecciones recientes se están acumulando. Aunque no faltan camas, el personal está agotado y las autoridades piden refuerzos de la Guardia Nacional

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Enfermero y terapista cubre el cuerpo de una víctiam de COVID en Los Angles (AP/Jae C. Hong)
Enfermero y terapista cubre el cuerpo de una víctiam de COVID en Los Angles (AP/Jae C. Hong)

Hospitales en distintos lugares de Estados Unidos batallan para lidiar con el agotamiento de médicos, enfermeros y otros trabajadores, de antemano sacudidos por una oleada de pacientes causada por el aumento de la variante delta del coronavirus y ahora preparándose para otra mutación sumamente trasmisible, Ómicron.

Ohio se convirtió en el estado más reciente en convocar a la Guardia Nacional para ayudar a hospitales abrumados. Expertos en Nebraska advirtieron que sus hospitales muy pronto pudieran necesitar racionar la atención. Funcionarios médicos en Kansas y Missouri están aplazando cirugías, rechazando transferencias y tratando desesperadamente de contratar a enfermeros ambulantes, en momentos en que los casos aumentan al doble o triple en un recordatorio escalofriante de la temporada navideña del año pasado.

No hay una clase en las escuelas de Medicina que te prepare para este nivel de muertes”, dijo la doctora Jacqueline Pflaum-Carlson, especialista en medicina de emergencias en el Sistema de Salud Henry Ford, en Detroit. “Los golpes siguen llegando”.

El promedio nacional de hospitalizaciones por COVID-19 para siete días era de 60.000 para el miércoles, muy por debajo del pico del invierno pasado, pero 50% mayor que a inicios de noviembre, de acuerdo con el gobierno.

La situación es más grave en regiones de clima frío, donde las personas se están reuniendo cada vez más en interiores y los contagios recientes se están acumulando.

La enfermera habla con Paul Altamirano, paciente de 50 años. "No me vacuné, ahora me arrepiento. Espero lograrlo, debo ser fuerte" (AP)
La enfermera habla con Paul Altamirano, paciente de 50 años. "No me vacuné, ahora me arrepiento. Espero lograrlo, debo ser fuerte" (AP)

El estado de Nueva York reportó el sábado que poco más de 21.900 personas habían dado positivo de coronavirus un día antes, un récord desde que las pruebas se hicieron ampliamente disponibles. Las consecuencias fueron rápidas: el espectáculo de Navidad de las Rockettes fue cancelado y algunos teatros en Broadway cancelaron funciones debido a brotes entre el reparto. Y el programa “Saturday Night Live” anunció que grabaría son público presente y sólo con reparto y otro personal limitado.

“Estamos en una situación ahora en que enfrentamos un importante aumento de la variante delta y a la espera del arribo de un aumento de Ómicron”, dijo el doctor Anthony Fauci, principal asesor médico del presidente Joe Biden, sobre las dos variantes.

En el hospital AdventHweath Shawnee Mission, cerca de Kansas City, Missouri, la directora médica Lisa Hays dijo que el departamento de emergencias está sufriendo retrasos que en ocasiones se prolongan varios días. “Las camas no son el problema. Es el personal de enfermeros… y todo eso ha sido creado por el aumento de casos de COVID-19 y el agotamiento”, dijo. “Nuestros enfermeros están agotados”.

Los expertos atribuyen la mayor parte del aumento de casos y hospitalizaciones a contagios entre personas que no han sido vacunadas contra el virus. El gobierno federal afirma que 61% de la población en el país está plenamente vacunada.

El doctor Steve Stites, director médico en el Sistema de Salud de la Universidad de Kansas en Kansas City, Kansas, señaló que “la pandemia de los no vacunados” continúa abrumando hospitales y a sus trabajadores.

(AP)
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El despliegue de la Guardia Nacional en Ohio es una de las más numerosas registradas durante la pandemia, con más de 1.000 elementos enviados para ayudar al personal hospitalario, especialmente en las áreas de Akron, Canton y Cleveland. Hasta el viernes, 4,723 personas en el estado se encontraban hospitalizadas por coronavirus, un número visto por última vez hace aproximadamente un año, de acuerdo con el gobernador Mike DeWine. Personal de los hospitales estaba tomando recesos breves antes de volver al trabajo en un segundo turno, agregó.

Los sistemas de salud en otras partes del país estaban enfrentando situaciones un poco mejores pero se muestran preocupadas ante la llegada de la variante Ómicron y se preparan para el impacto del rebrote del virus.

Las autoridades de Nebraska dijeron que los hospitales podrían tener que suspender algunos cuidados para dejar espacio a los pacientes del COVID-19. Aunque el número de casos ha disminuido con respecto al pico pandémico del estado, podría repuntar rápidamente, y la disponibilidad de camas sigue siendo escasa debido a los pacientes con dolencias no víricas.

Es probable que Ómicron provoque un aumento gigantesco, y honestamente no podemos manejar eso en este momento”, dijo la doctora Angela Hewlett de Nebraska Medicine en Omaha.

En el Centro Médico Providence Holy Cross de Los Ángeles, sólo 17 pacientes con coronavirus estaban siendo tratados allí el viernes, una pequeña fracción del peor tramo del hospital. El gerente de enfermería Edgar Ramírez dijo que sus compañeros de trabajo están cansados pero mejor preparados si una ola golpea. “El factor humano de tener ese miedo siempre va a estar ahí”, dijo Ramírez. “Le digo a nuestro equipo: ‘Tenemos que hablar de esto. Tenemos que expresarnos’. Si no, va a ser difícil”.

Las hermanas gemelas Linda Calderón y Natalie Balli, de 71 años, habían planeado vacunarse pero lo retrasaron hasta que fue demasiado tarde. Ahora están con oxígeno en la misma habitación del Providence Holy Cross, con sus camas separadas por apenas unos metros. “Nos decíamos: ‘lo haremos mañana’. Pero el mañana nunca llegó”, dijo Calderón mientras veía a su hermana luchar por respirar. “Realmente nos arrepentimos de no habernos vacunado, porque si lo hubiéramos hecho, no estaríamos así ahora”.

Natalie Balli, de 71 años, y su hermana gemela, Linda Calderon, al fondo, son vistas en sus camas en la unidad de COVID-19 en el Providence Holy Cross Medical Center en Los Ángeles  (AP Foto/Jae C. Hong)
Natalie Balli, de 71 años, y su hermana gemela, Linda Calderon, al fondo, son vistas en sus camas en la unidad de COVID-19 en el Providence Holy Cross Medical Center en Los Ángeles (AP Foto/Jae C. Hong)

Pflaum-Carlson, médico del Henry Ford Health de Detroit, hizo un llamamiento público para que la gente se pusiera las vacunas, tanto en su beneficio como en el de los que trabajan en la primera línea de atención. El 80% de los aproximadamente 500 pacientes de COVID-19 en los cinco hospitales del sistema no estaban vacunados, “Tengan un poco de gracia y consideración por lo devastadoras que son las cosas en este momento”, dijo.

(Con información de AP/Por Ed White)

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