Cómo fueron las 2 horas y 1 minuto de la videollamada de Biden y Putin y qué puede pasar en Ucrania

Los presidentes de Estados Unidos y Rusia conversaron mientras se producían nuevas escaramuzas entre las tropas ucranianas y los separatistas pro-rusos de Donbas

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El presidente estadounidense, Joe Biden,
El presidente estadounidense, Joe Biden, conversa con su par ruso, Vladimir Putin, en la cumbre virtual que mantuvieron para tratar la grave situación en la frontera ruso-ucraniana. The White House/Handout via REUTERS.

Fue a la distancia, en una reunión virtual, pero las palabras que se arrojaron sonaron tan cercanas y filosas como si estuvieran separados por apenas una pequeña mesa de café. Los presientes Joe Biden y Vladimir Putin tuvieron una conversación de dos horas que giró, primordialmente, alrededor de la posible invasión rusa a Ucrania. Los dos mostraron muy claramente sus cartas. El ruso reiteró que no va a permitir que su ex aliado y vecino ucraniano se una a la OTAN, la alianza de defensa occidental, o que firme un pacto para permitir que se desplieguen en su territorio las líneas de defensa europeas y lleguen hasta la frontera de su país. El estadounidense reiteró que no iba a aceptar ninguna “línea roja” de punto de no retorno como la planteada por Putin y que tenía una dura lista de sanciones si los tanques rusos llegaran a cruzar la frontera ucraniana.

Las cosas que no hicimos en 2014 (cuando Rusia invadió y se anexó Crimea), estamos preparados a hacerlas ahora”, le dijo Biden a Putin arqueando la ceja como hace cuando quiere enfatizar sus palabras. Hablaba de desconectar a las finanzas rusas del sistema internacional de transferencias Swift, el despliegue de tropas y del sistema de defensa de misiles Patriot en las cercanas repúblicas bálticas y cortar el suministro de gas ruso que se transporta a través del gasoducto Nord Stream 2.

Mientras la conversación fluía por estos carriles pedregosos, en la frontera ruso-ucraniana se producían algunas escaramuzas entre las fuerzas separatistas de las zonas de Donetsk y Lugansk, que forman el territorio fronterizo de Donbas, y están desde 2014 bajo el control de los separatistas respaldados por Rusia. El intercambio de disparos del martes se produjo en tres lugares a lo largo de la llamada línea de contacto, una barricada de trincheras y fortificaciones de unos 250 kilómetros de longitud entre los soldados ucranianos y sus oponentes en una prolongada guerra de desgaste. La parte ucraniana no sufrió bajas, según la oficina de prensa del ejército de ese país. No está claro si los separatistas tuvieron pérdidas. Según los ucranianos, fueron los separatistas quienes dispararon primero. Aunque este tipo de violencia se produce casi a diario en la región, en este periodo de tensión explosiva se teme que una bala o un proyectil de mortero errante sea todo lo que se necesita para desencadenar una grave escalada. Del lado ruso ya fueron desplegadas varias brigadas con tanques y misiles compuestas por unos 175.000 soldados. Del ucraniano hay más de 100.000 militares, casi la mitad del ejército de ese país.

El presidente ruso,Vladimir Putin, mantuvo
El presidente ruso,Vladimir Putin, mantuvo la reunión virtual con su par estadounidense desde la residencia de descanso de Sochi. Sputnik/Mikhail Metzel/Pool via REUTERS .

“El presidente reiteró el apoyo de Estados Unidos a la soberanía e integridad territorial de Ucrania. Le dijo directamente al presidente Putin que si Rusia sigue invadiendo Ucrania, Estados Unidos y nuestros aliados europeos responderían con fuertes medidas económicas”, comentó poco después el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. “Proporcionaremos material defensivo adicional a los ucranianos por encima de lo que ya estamos proporcionando, y fortificaríamos a nuestros aliados de la OTAN en el flanco oriental con capacidades adicionales en respuesta a tal escalada”.

Los presidentes conversaron a través de un enlace de vídeo conectado al sistema TNet, una red de alta seguridad operada por el Departamento de Defensa. Fueron exactamente dos horas y un minuto. Según la Oficina Oval, los dos líderes también hablaron de los ataques cibernéticos de hackers rusos, el control de armas nucleares y el programa nuclear de Irán. En la grabación de los primeros minutos de la conversación, para las fotos, se vio a los líderes relajados y sonrientes. Putin estaba sentado detrás de un largo escritorio de madera, con Biden en una gran pantalla de vídeo frente a él, en un salón de su residencia en Sochi, la ciudad turística rusa a orillas del Mar Negro. Biden estaba en la Casa Blanca acompañado por el secretario de Estado, Anthony Blinken, y otros dos funcionarios que llevan los asuntos rusos en la Administración. Apenas cortó con Putin, el presidente estadounidense se comunicó con sus aliados europeos para informarlos de lo conversado. Estaban el francés Emmanuel Macron, Angela Merkel -en su penúltimo día en el cargo-, el premier italiano, Mario Draghi, y el de Gran Bretaña, Boris Johnson.

Las tensiones entre Ucrania y Rusia, ambos antiguos estados soviéticos, se intensificaron a finales de 2013 por un histórico acuerdo político y comercial de Kiev con la Unión Europea. Después de que el entonces presidente prorruso, Víktor Yanukóvich, suspendiera las conversaciones por presión de Moscú, estallaron protestas violentas en Kiev que se extendieron por semanas. En ese contexto, en marzo de 2014, Rusia invadió y se anexionó Crimea, una península autónoma en el sur de Ucrania con fuertes lealtades rusas, con el pretexto de que estaba defendiendo sus intereses y los de los ciudadanos de habla rusa. Poco después, los separatistas prorrusos de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk declararon su independencia de Kiev, lo que provocó meses de intensos combates. A pesar de que Ucrania y Rusia firmaron un acuerdo de paz en Minsk en 2015, con la mediación de Francia y Alemania, se producen diarias violaciones del alto el fuego. El conflicto, hasta ahora, dejó más de 3.000 muertos.

Aumenta el despliegue militar ruso
Aumenta el despliegue militar ruso en la frontera con Ucrania. También ya se reunieron casi 100.000 soldados del lado ucraniano. EFE/ Julio Gálvez

En ese momento, la Unión Europea y Estados Unidos impusieron una serie de sanciones económicas dirigidas a personas, entidades y sectores específicos de la economía rusa, que no hicieron demasiado daño al férreo entramado de poder levantado por Putin. Ahora, con el nuevo despliegue militar ruso, se está preparando una nueva batería de sanciones más profundas. Por ejemplo, si desconectan a Rusia del sistema Swift sus bancos no podrán hacer ninguna transferencia internacional a instituciones económicas occidentales o viceversa.

Pero ni el Pentágono ni la Administración Biden parecen estar preparándose para una confrontación directa con las tropas rusas. “Sería una locura”, dijo una fuente militar al sitio Defense One. “Creo que Estados Unidos sólo intervendría dando información de los movimientos rusos a los ucranianos, pero no mucho más”. Esto fue reforzado por un “breefing” que se dio en el Pentágono en el que se informó de un plan de evacuación de ciudadanos estadounidenses del territorio ucraniano si se produce la invasión rusa. “Eso es lo único que el Pentágono está preparando, más allá del refuerzo de los sistemas de defensa en Letonia y Lituania”, agregó la fuente militar. Y en una “sombría” sesión informativa a los senadores por parte de la alta funcionaria del Departamento de Estado, Victoria Nuland, el lunes por la noche, ésta esbozó el paquete de sanciones preparado por la administración en respuesta a un posible ataque ruso, pero reconoció que las opciones de Estados Unidos para disuadir una invasión son bastante limitadas.

Desde Moscú, pareciera que tampoco hay una voluntad férrea de los militares de llegar más lejos que los ejercicios que están realizando en la frontera. “El objetivo clave del Kremlin en la crisis actual no es infligir una derrota humillante a Kiev o asumir la desagradable tarea de ocupar Ucrania”, escribió Maxim Samorukov, miembro del Centro Carnegie de Moscú, en un análisis publicado unas horas antes de la cumbre presidencial. “Su objetivo es más bien convencer a Occidente de que Rusia está dispuesta a iniciar una guerra a gran escala por Ucrania a menos que se haga algo con respecto a la situación existente y (a los ojos de Putin, al menos) completamente inaceptable”, añadió Samorukov. Para Putin, cualquier movimiento de los líderes ucranianos para acercarse a Occidente es una afrenta. Y en Europa tampoco soplan aires guerreros. Los países del norte del continente, incluida Alemania, dependen de Rusia para gran parte de los suministros energéticos, y sus economías pueden sufrir si las relaciones con Moscú se deterioran aún más.

Un tanque del ejército de
Un tanque del ejército de Ucrania dispara durante los ejercicios que se llevan a cabo en la región de Kherson, en la frontera con Crimea, la península anexada por Rusia. Press Service of General Staff of the Armed Forces of Ukraine/Handout via REUTERS.

Sin embargo, los tanques y misiles están desplegados y en Ucrania se espera la ofensiva rusa para fines de enero. En junio, Putin publicó un artículo en el que reafirmó que “los rusos y los ucranianos somos un solo pueblo”, diciendo que la formación de un estado étnicamente ucraniano hostil a Moscú era “comparable en sus consecuencias al uso de armas de destrucción masiva contra nosotros”. Eugene Rumer y Andrew S Weiss, del centro de estudios Carnegie Endowment, calificaron el texto de Putin de “predicamento histórico, político y de seguridad para preparar una invasión”. Y Pavlo Klimkin, es ministro de Exteriores ucraniano, lo explicó así: “Rusia no entiende en absoluto a Ucrania y su naturaleza. Rusia ha intentado continuamente demostrar que Ucrania es una especie de Estado fallido, que Ucrania no tiene Estado, ni historia, ni lengua, ni religión. Es una especie de realidad separada y por ende, que puede hacer de su territorio lo que desee”.

Es probable que la larga conversación entre Biden y Putin apenas haya puesto unos paños fríos que bajen la fiebre bélica en los próximos días. Es un primer paso en un proceso que llevará semanas. En unos 50 o 60 días sabremos si encontraron una salida diplomática satisfactoria para todas las partes. La señal será la dirección que tomen los tanques rusos, si avanzan hacia Kiev o si regresan a Moscú.

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