Otros tres norteamericanos que fueron tomados como rehenes en Haití en octubre fueron liberados, dijo este lunes la iglesia para la que trabajaban, mientras 12 más permanecen cautivos.
El grupo religioso Christian Aid Ministries, basado en Ohio, emitió un comunicado informando que los rehenes fueron liberados en Haití. “Están a salvo y parecen estar en buen estado de ánimo”, indicó la agrupación, sin dar más detalles.
El 21 de noviembre, la organización religiosa anunció que la banda 400 Mawozo había liberado a los dos primeros rehenes de un grupo de 17 secuestrados a mediados de octubre. Hay 12 adultos y cinco niños en el grupo de 16 ciudadanos estadounidenses y un canadiense, incluido un niño de 8 meses.
El líder de la banda 400 Mawozo amenazó con matar a los rehenes a menos que se cumplieran sus demandas. Las autoridades han dicho que la organización criminal pedía un millón de dólares por persona, aunque no quedó claro de inmediato si incluía a los menores.
“Estamos agradecidos con Dios por la liberación de tres rehenes más anoche”, dijo el comunicado de Christian Aid Ministries. “Al igual que con la liberación anterior, no podemos proporcionar los nombres de las personas liberadas, las circunstancias de la liberación o cualquier otro detalle”.
El grupo reiteró su solicitud para que la gente que los apoya dediquen del lunes al miércoles como días de oración y ayuno “para interceder por los que aún están retenidos y por los que han sido liberados”.
Los secuestros se han vuelto habituales en Haití desde inicios de 2020, se producen de forma indiscriminada y afectan a personas de cualquier índole social, ya que se han convertido en una fuente de financiación de las bandas armadas que controlan numerosas barriadas de Puerto Príncipe y otras zonas del país.
Desde el comienzo del año, se han reportado 628 secuestros en el país, entre ellos 29 extranjeros de tres nacionalidades, según el CARDH, que advierte de un aumento “exponencial” de los raptos en los últimos dos meses.
Las pandillas concedieron una breve tregua en los secuestros de dos semanas entre el asesinato del presidente Jovenel Moise, perpetrado el 7 de julio, y su entierro, llevado a cabo el día 23 del mismo mes, pero después reactivaron su actividad.
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