Pese a que las autoridades de la ciudad de Miami Beach siguen sin siquiera confirmar el homicidio -dado que la causa está abierta bajo investigación- a cada minuto se conocen nuevos detalles del crimen de Delfina Pan, una argentina de 28 años que fue atacada mortalmente el lunes por la tarde en su apartamento de Miami Beach y que falleció minutos después tras ser trasladada por la policía al hospital Jackson Memorial.
La policía sigue hermética, pero el médico forense hizo público el reporte del homicidio en el que confirma que Delfina falleció a las 7.05 de la tarde en el hospital a consecuencia de las puñaladas.
“Estamos cansados de que se diga que no se sabe quién es el asesino. Nosotros lo conocemos, es A.M. (Infobae no publicará el nombre completo del joven hasta que las autoridades no lo identifiquen públicamente). Él estaba obsesionado con ella”, cuenta ante nuestro micrófono otra joven argentina residente de Miami Beach, compañera de trabajo y amiga de Delfina, que prefiere mantener su nombre reservado.
Según informó esta amiga de la víctima, así como también otras fuentes consultadas por Infobae, el presunto agresor tiene 21 años, es argentino, oriundo de Bella Vista, y trabajaba como bartender en el mismo restaurante ubicado sobre la peatonal Lincoln Road en el que Delfina se desempeñaba como recepcionista y mesera.
Fuentes de Infobae confirmaron que el fatídico lunes en el que Delfina fue asesinada, la joven trabajó en el restaurante hasta las 4 de la tarde y luego se dirigió hacia su apartamento al norte de Miami Beach para terminar de acomodar sus cosas porque en pocos días tenía pensado mudarse.
El presunto agresor, identificado tanto por los allegados de Delfina en Miami como por sus amigos en Buenos Aires a través de las redes sociales, estaba en el restaurante trabajando, pero en un determinado momento se retiró del lugar sin dar siquiera aviso.
“Dejó todo cerrado en la barra. Se fue de todos los chats en los que estaba. Y después pasó lo que pasó. Tenía todo planeado”, agregaba la amiga de Delfina frente a la iglesia San Patricio de Miami Beach, donde el cura argentino Roberto Cid ofició la misa en honor a la víctima.
La misa fue puro dolor. Muchos jóvenes llorando por la absurda pérdida de Delfina. Su hermano Nahuel, que llegó hoy a Miami, agradeció desde el podio a todos los presentes.
Según cuentan los compañeros de trabajo de Delfina en el restaurant, todos ellos son amigos, se conocen, salen juntos. Pero A.M. nunca fue parte del grupo. Lo definen como una persona rara que tenía reacciones poco habituales como negarse a entrenar a nuevos empleados cuando su jefe se lo pedía.
Alrededor de tres meses atrás, A.M. le declaró su amor a Delfina. Luego llegó la obsesión, las llamadas a toda hora, los mensajes constantes, inclusive un incidente violento en un automóvil. Según su amiga, Delfina lo trataba de manera cordial por miedo a lo que este chico pudiera llegar a hacerle.
La amiga de Delfina reportó que la joven había denunciado ante las autoridades el acoso del presunto asesino, pero no dio detalles de si se trataba de la policía o los superiores en el lugar de trabajo compartido.
“Lo que sé es que en este país va a haber justicia”, decía a Infobae otra de las amigas de Delfina en Miami, que también quiere mantener el anonimato.
El presunto agresor continúa hospitalizado en el Jackson Memorial bajo custodia policial. Las autoridades no han actualizado la carátula del caso como homicidio porque aún está en proceso de investigación. Pero una vez que se oficialice un arresto, el homicida enfrenta la posibilidad de una larga condena que por las leyes en Estados Unidos, deberá cumplir aquí antes de ser deportado a Argentina.
Según información en redes sociales, A.M. había trabajado en el pasado como asistente de vuelo y desde febrero de este año estaba a cargo de la barra de un restaurante en Lincoln Rd. Se desconoce si tenía familia o amigos en Miami.
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