La ex estrella de la biotecnología Elizabeth Holmes, actualmente juzgada por fraude, se describió a sí misma como la marioneta abusada de su su ex socio y pareja Ramesh “Sunny” Balwani, que dirigía la parte operativa de su fallida empresa Theranos de análisis de sangre, y contó que fue violada mientras estudiaba en la Universidad de Stanford.
El testimonio sorpresa de que la emprendedora fue agredida sexualmente cuando era adolescente se produjo durante su cuarto día de declaración defendiéndose de los cargos de fraude criminal.
“Decidí dedicarme a construir Theranos”, le dijo al jurado el lunes en un tribunal federal en San José, California.
Dijo que Ramesh “Sunny” Balwani, a quien conoció mientras estudiaba idiomas en China, la alentó a perseguir sus aspiraciones empresariales el verano antes de comenzar a estudiar en Stanford cuando tenía 18 años y él 38. Después de la violación, ella habló sobre su trauma a Balwani y él dijo que la protegería, contó.
“Dijo que estaba a salvo ahora que lo había conocido”, testificó.
Según Holmes, la violación fue un factor que jugó un papel en lo que caracterizó como su posterior servidumbre a Balwani, ahora de 56 años. Los dos comenzaron una relación en 2005 antes de que Balwani se convirtiera en director de operaciones de Theranos, cargo que ocupó de 2009 a 2016.
Holmes dijo que finalmente cayó bajo su influencia después de que abandonó la Universidad de Stanford en 2003 para fundar Theranos, una startup de Silicon Valley que manejó como directora ejecutiva durante los siguientes 15 años.
Lejos de la líder carismática que había convencido a varias personalidades del mundo de los negocios del potencial de su tecnología, Elizabeth Holmes contó el lunes su historia basada en la influencia que afirma haber sufrido por parte de su antiguo socio, 19 años mayor que ella.
Así, Holmes también dijo a los jurados, conteniendo apenas sus lágrimas, que Balwani la denigraba constantemente y la forzó sexualmente.
“Se enojaba mucho conmigo y luego venía a nuestra habitación y me obligaba a tener sexo contra mi voluntad”, dijo Holmes en el tribunal de San José (California, oeste de EEUU), donde está siendo juzgada desde principios de septiembre.
Elizabeth Holmes afirmó a la corte que Balwani la controlaba de cerca, dictaba su dieta y su horario y la alejaba de su familia.
Homes mostró mensajes de texto donde Balwani le decía que quería “matar a la vieja Elizabeth” y “darle forma” en una nueva persona, más masculina y menos “niña”.
“Él sintió que era una niña y pensó que tenía que ser más seria y más directa”, explicó Holmes mientras leía las demandas de Balwani. Incluían dedicar al menos 30 minutos cada mañana a escribir sus metas diarias y nunca gastar más de cinco minutos para reunirse con alguien a menos que ella hubiera escrito una razón que justificara el tiempo adicional.
“Me gritaba, diciendo que estaba decepcionado por mi mediocridad”, precisó Holmes con una voz temblorosa.
“Necesitaba matar a la persona que era para convertirme en empresaria”, recuerda que dijo. “Era muy prescriptivo. Dijo que si quería ser una buena emprendedora necesitaba dedicar todo mi tiempo al negocio “, los siete días de la semana.
Eso incluía no dormir mucho y “alimentos que solo me harían pura, teniendo un estilo de vida muy disciplinado e intenso”, dijo.
En otras ocasiones, dijo Holmes, Balwani la comparaba con un “mono que volaba en una nave espacial” y trataba de aislarla de su familia en un supuesto esfuerzo por asegurarse de que se dedicara a tiempo completo a Theranos.
La relación duró hasta 2016, cuando decidió dejar a Ramesh Balwani y reclutar un nuevo equipo de dirección.
Balwani enfrenta acusaciones de fraude que reflejan las de Holmes, pero en otro juicio programado para comenzar a principios del próximo año.
Holmes tenía 19 años en 2003 cuando fundó la empresa Theranos, que prometía técnicas de análisis de sangre más rápidas y baratas que las de los laboratorios tradicionales.
Sin embargo, en 2015 las investigaciones del diario Wall Street Journal revelaron que los métodos que debían permitir hasta 200 análisis a partir de algunas gotas de sangre no funcionaban y los inversores perdieron millones de dólares.
Los abogados de Elizabeth Holmes habían intentado hasta ahora pintar para el jurado la imagen de una joven y visionaria innovadora decidida a revolucionar los diagnósticos sanguíneos.
Trataron de demostrar su buena fe y refutar las acusaciones de encubrimiento de los problemas a los inversores.
La fiscalía, que la interrogará a partir de este martes, quiere por su parte demostrar que supervisó muy de cerca todas las actividades de su empresa.
Holmes regresará al estrado de los testigos el martes cuando los fiscales tengan la primera oportunidad de interrogarla bajo juramento.
Holmes podría enfrentar una sentencia de prisión de hasta 20 años si es declarada culpable.
(Con información de AFP, AP, Bloomberg)
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