El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, saludó este sábado la adopción de su gigantesco plan de inversiones en infraestructura, considerándolo “un avance colosal” logrado tras meses de complicadas negociaciones.
Afirmó que promulgaría esta ley “pronto”, por un monto de 1,2 billones de dólares, que recibió el aval definitivo del Congreso estadounidense el viernes por la noche, con el apoyo de la gran mayoría de demócratas pero también de un puñado de republicanos.
“A todos aquellos que se sienten abandonados y marginados por una economía que cambia tan rápidamente: esta ley es para ustedes”, aseguró el presidente demócrata; y dijo que los empleos que se crearán a partir de esta norma “no necesitarán diploma universitario”.
También se comprometió a hacer que el Congreso vote su plan de reformas sociales y ecológicas, aún bloqueado por las divisiones internas en el campo demócrata.
“Seré claro: vamos a aprobarlo en la Cámara de Representantes y vamos a aprobarlo en el Senado”, afirmó; estimando que el proyecto de ley “Build Back Better” (”Reconstruir mejor”), por un monto de 1,7 billones de dólares, sería una “inversión histórica”.
Interrogado acerca de la razón de su optimismo, Biden respondió sonriente: “Yo”.
La Cámara Baja de Estados Unidos aprobó este viernes por la noche el plan de infraestructuras de 1,2 billones de dólares impulsado por Biden, tras una jornada dramática en el Legislativo por las pugnas dentro del Partido Demócrata.
El plan, que había sido avalado en el Senado en agosto y llevaba meses atascado en la Cámara Baja, quedó aprobado con 228 votos a favor y 206 en contra, por lo que ahora solo requiere de la rubrica de Biden.
Aunque los demócratas tienen mayoría en la Cámara Baja, seis de sus congresistas, los más progresistas, se opusieron al texto, haciendo necesario el apoyo de 13 republicanos.
El desacuerdo entre demócratas tiene su origen en un pulso entre los dos extremos del partido sobre la aprobación de sus prioridades.
Los progresistas reclamaban que esta ley de infraestructura fuese sometida a voto a la par de la agenda social de Biden, un paquete de 1,75 billones tras varios recortes, algo a lo que el propio presidente se había comprometido, pero los centristas se negaron.
Este pulso se ha alargado durante meses, con presiones continuas del liderazgo demócrata, de la Casa Blanca y del propio Biden a los dos sectores para que aprobasen su agenda.
Algunos analistas han señalado a este caos como uno de los motivos del descalabro electoral demócrata en las elecciones del pasado martes, donde perdieron la Gobernación de Virginia.
Todas estas presiones hicieron que la mayor parte del ala progresista sucumbiera este viernes y accediera a aprobar el plan de infraestructuras solo con el compromiso de los centristas que apoyarán el plan social en las próximas semanas.
Ya en la madrugada del sábado, los demócratas aprobaron sin fisuras un voto de procedimiento para empezar el debate sobre el plan social.
En un comunicado, el propio Biden “urgió a todos los miembros” demócratas de la Cámara a aprobar ambas iniciativas “esta noche”.
El plan de 1,2 billones recientemente aprobado, que tan solo contempla unos 550.000 millones de dólares en gasto nuevo, es sustancialmente menor al paquete inicial presentado por Biden en marzo pasado por 2,25 billones de dólares.
El paquete contempla más de 110.000 millones de dólares para reparar carreteras, puentes y autopistas, y 66.000 millones de dólares para fomentar el ferrocarril de pasajeros y mercancías.
Esta última inversión supone la mayor inyección de fondos en la red de ferrocarriles del país en medio siglo.
El proyecto de ley destina, además, 55.000 millones de dólares para abordar los problemas en el suministro de agua, como el reemplazo de todas las tuberías de plomo, y contempla 65.000 millones de dólares para modernizar la red eléctrica.
Asimismo, asigna miles de millones de dólares para rehabilitar acequias, reformar puertos y aeropuertos y expandir el acceso a la banda ancha.
El texto legislativo pone su atención, además, en la lucha contra la crisis climática y dedica 7.500 millones de dólares para crear una red de estaciones de recarga de vehículos eléctricos en EEUU, una de las prioridades de Biden.
En este apartado aporta 47.000 millones de dólares para responder a los incendios, sequías, la erosión de la costa y las olas de calor, entre otros.
En total, se trata la mayor inversión en obras públicas en EEUU en años.
(Con información de AFP y EFE)
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