En una fría mesa yacía el cuerpo de David Saunders, un hombre de Luisiana de 98 años que falleció de COVID-19 en agosto. Frente a él, un médico está de pie, con ropa de cirugía y un bisturí con el que va cortando y diseccionando la piel y los órganos de su cadáver en una autopsia que tiene una particularidad perturbadora: es pública y paga.
El escalofriante evento está creado por una compañía llamada Death Science y una segunda organización llamada Oddities & Curiosities Expo y está promocionado como una clase de “laboratorio de cadáveres”, una especie de show abierto en donde las personas que pagan su entrada pueden ver en vivo y en directo una autopsia a un cadáver real.
Incluso pueden ponerse guantes y tocar los órganos recién diseccionados, todo por la suma de 500 dólares por persona.
Así lo reportó la semana pasada la cadena King 5 News, una estación de televisión de Seattle que infiltró un periodista al evento y grabó con una cámara oculta toda la conferencia. La estación publicó imágenes del hotel, en Portland, Oregón, y en su investigación posterior logró hablar directamente con el CEO de Death Science, Jeremy Ciliberto, un tiktoker con más de un millón de seguidores, artista y cineasta aficionado.
De acuerdo con el medio, Ciliberto afirmó que el laboratorio de donde conseguía los cadáveres establecía en sus acuerdos contractuales con las familias de los difuntos que sus cuerpos iban a ser usados para investigación científica y educación médica. Sin embargo, Elsie Saunders, la esposa de David, dice lo contrario.
En una posterior entrevista con The New York Times, la viuda afirmó que nunca imaginó que cuando donó el cuerpo de su marido a la investigación médica, este iba a terminar en una sala de exhibición de un evento con el que terceros se lucrarían.
“Mi impresión es que fue estrictamente para la ciencia médica, no para que su cuerpo fuera exhibido”, dijo Elsie Saunders.
Al describir el evento como “mórbido”, dijo que se había enterado a través de informes de noticias y estaba “tratando de recomponerme”.
“Quinientos asientos para que la gente mire, esto no es ciencia, es comercialismo”, dijo Saunders.
El cuerpo de su esposo estaba borroso en las imágenes, aunque en un momento pareció que un hombre que dirigía la disección sostenía partes del cuerpo en sus manos y las colocaba en una superficie.
Kyle Miller, quien hasta el jueves actuó como portavoz de Death Science, dijo en un correo electrónico a The New York Times el miércoles que la compañía vendía boletos al público en general. Setenta personas asistieron a un “taller” donde “los participantes pudieron observar una disección anatómica de un cadáver humano completo”, dijo.
Por su parte, Ciliberto, fundador de Death Science, dijo que su objetivo era “crear una experiencia educativa para las personas que tienen interés en aprender más sobre la anatomía humana”.
“Entendemos que este evento ha causado un estrés indebido a la familia y nos disculpamos por eso”, agregó.
El caso está siendo investigado ahora por las autoridades, quienes han afirmado no estar seguros de que el evento, aunque éticamente cuestionable, haya violado alguna ley en específico.
“No hay leyes penales que hablen directamente de tales circunstancias”, dijo el teniente Nathan Sheppard, portavoz de la Oficina de Policía de Portland.
El Departamento de Salud de Oregon no respondió a las solicitudes de comentarios.
Quien sí lo hizo fue Kimberly DiLeo, la jefa de investigación médico-legal de muertes del condado de Multnomah, quien señaló que cerebro de David y sus órganos habían sido extirpados durante lo que describió como un “evento público de pago por evento”.
“Es completamente inmoral y poco ético”, afirmó, y reiteró que los hechos se están investigando activamente para determinar si violó leyes, como el abuso de un cadáver.
Por su parte, Martin McAllister, gerente general del hotel Portland Marriott Downtown Waterfront, dijo en un correo electrónico que su equipo fue “engañado por el cliente sobre la naturaleza de este evento”.
Pero la más consternada sigue siendo la señora Saunders, quien contó que cuando su esposo murió de COVID-19 el pasado agosto trató de donar su cuerpo a la escuela de medicina de la Universidad Estatal de Louisiana. Pero la escuela rechazó el cuerpo porque había muerto de una enfermedad infecciosa.
Luego acudió a una funeraria de Baton Rouge, que la remitió a Med Ed Labs en Nevada, una organización que dice que proporciona cadáveres a organizaciones militares, gubernamentales, comerciales y sin fines de lucro.
“En ningún momento me dijeron que iban a revender su cuerpo”, dijo Saunders, refiriéndose al papeleo que firmó con Med Ed Labs. “Bajo ninguna circunstancia haría que se exhibiera el cuerpo de mi esposo”.
Med Ed Labs negó haber actuado mal y dijo que la señora Saunders había dado su consentimiento para que el cuerpo fuera donado y que la organización no sabía que los restos se usarían para tal evento.
Miller dijo el miércoles que Death Science organiza cursos y eventos educativos para el público en campos como el análisis forense y la anatomía. Se había planeado un evento similar para el 31 de octubre en Seattle, pero fue cancelado. Resaltó que Med Ed Labs y Death Science actualmente han disuelto su asociación.
Al día siguiente, en otra comunicación con The New York Times, aseguró que su propio “compromiso” con Death Science había terminado.
El cuerpo de Davis Saunders fue exhibido en medio de una exposición llamada Oddities & Curiosities, la cual vende boletos con precios que oscilan entre los 100 y los 500 dólares.
En un correo electrónico, Oddities & Curiosities Expo no dijo si procesó boletos. Dijo que Death Science fue el anfitrión y organizador, y que el evento no tuvo lugar en una de sus exposiciones, sino en un lugar separado donde Death Science, a quien relacionó como un “vendedor”, “vendía su arte”.
Según Miller, ahora exportavoz de la compañía, Death Science no tenía acceso a ningún registro personal, incluido el acuerdo de donación, el cual fue proporcionado por Med Ed Labs junto con el anatomista que dirigió “la clase” y las herramientas de la disección.
También aseguró que Med Ed Labs sabía que los asistentes al evento “no eran exclusivamente estudiantes de medicina”.
Pero el laboratorio discrepa, afirmando que Death Science los contactó buscando cadáveres para “enseñar anatomía a los estudiantes”.
“Hicimos una investigación preliminar y estaban tratando de enseñar a los estudiantes sobre la ciencia de la muerte”, dijo Obteen Nassiri, gerente de Med Ed Labs. “Creí que el cuerpo se utilizaría para la disección anatómica y la enseñanza”.
Med Ed Labs obtuvo el cuerpo de la funeraria de Baton Rouge y lo envió a Las Vegas y luego a Portland.
Según Nassiri, él mismo se ha puesto en contacto con la señora Saunders para presentarle excusas por lo ocurrido.
“Ella estaba extremadamente molesta porque la compañía nos siguió y vendió boletos para este evento a personas que no eran personal médico ni estudiantes”, dijo.
De acuerdo con The New York Times, Death Science había pagado alrededor de 10 mil dólares por todo el evento, incluido el uso del cadáver, su transporte y el personal.
El cuerpo de David Saunders ha sido enviado de regreso a Las Vegas con destino final a su natal Luisiana. Med Ed Labs ha dicho que pagará su cremación y una urna.
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