El estado de Virginia elige gobernador en unas reñidas elecciones, las primeras en el gobierno de Joe Biden

Aunque es un electorado tradicionalmente demócrata, las encuestas marcan un pronóstico incierto. Los comicios son tomados como un termómetro de la gestión del presidente a un año de las legislativas

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Joe Biden acompaña al candidato
Joe Biden acompaña al candidato demócrata Terry McAuliffe en un evento de campaña (AP)

El estado de Virginia vota este martes por su gobernador en una elección muy ajustada que se considera como una gran prueba para el proyecto político del presidente estadounidense Joe Biden. Las encuestas son tan estrechas que los resultados podrían demorar días en conocerse.

Indicador de la popularidad de los partidos para las elecciones de medio mandato del próximo año, la carrera entre el ex gobernador demócrata Terry McAuliffe y el magnate republicano Glenn Youngkin se estrechó en las últimas semanas.

“El resultado de esta carrera dependerá de la participación”, dijo McAuliffe en un correo de última hora a sus votantes el lunes. “Los republicanos están enfervorizados para escoger a su tipo y ahora, con Donald Trump animando a su base de extremistas de extrema derecha en la víspera de las elecciones, Glenn Youngkin sabe seguro que tendrá un fuerte resultado mañana”, añadió.

Una victoria de McAuliffe reavivaría las aspiraciones de los demócratas en Washington de impulsar los paquetes de bienestar social e infraestructura, pilares de la estrategia de Biden para transformar la economía. Una derrota demócrata podría ser analizada de dos formas: una crítica a la demora en las promesas de Biden, que siguen estancadas en el Congreso, o una advertencia para suavizar con el histórico plan de gasto del presidente.

El candidato republicano Glenn Youngkin
El candidato republicano Glenn Youngkin en un evento en Alexandria, Virginia (Reuters)

En el bando republicano, una derrota de Youngkin podría hacer replantear la fidelidad hasta ahora indiscutible al expresidente Trump, que perdió Virginia por 10 puntos. Pero una victoria de la oposición revitalizaría el bastión trumpista y le daría un rol más preponderante de cara a las legislativas del próximo año.

- “Acólito de Trump” -

En su intento para volver a la oficina que ocupaba hace cuatro años, McAuliffe debe imponerse a la habitual tendencia del partido presidencial de encajar derrotas durante el primer mandato.

Youngkin ha hecho un ejercicio de equilibrismo entre su lealtad al expresidente y a sus falsas proclamas de fraude en las elecciones presidenciales, pero tratando de marcar distancia para centrarse en cuestiones de la “guerra cultural” como el aborto, las mascarillas obligatorias o la enseñanza de la historia racial de Estados Unidos.

Es un momento para que el pueblo de Virginia haga retroceder esta agenda izquierdista, liberal y progresista”, dijo este antiguo banquero de inversión de 54 años en un mitin en la capital estatal Richmond el lunes.

Trump no ha aparecido personalmente en campaña (algo que agradecen algunos asesores republicanos), aunque el lunes lanzó un ataque incendiario contra McAuliffe.

En cambio, el demócrata se vio respaldado por figuras del partido como el presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden, o el expresidente Barack Obama.

Democratic candidate for governor of
Democratic candidate for governor of Virginia Terry McAuliffe reacts between his wife Dorothy and U.S. President Joe Biden at a rally in Arlington, Virginia, U.S. October 26, 2021. REUTERS/Jonathan Ernst

El demócrata de 64 años disponía de un cojín de siete puntos que se ha ido estrechando y, según la web de análisis político FiveThirtyEight, ahora es Youngkin quien lidera por un punto.

Si los sondeos son acertados, los expertos creen que puede llevar días proclamar un ganador.

En campaña, McAuliffe recordó su experiencia en el cargo y la creación de empleo que impulsó tras la crisis financiera de 2008, y trató de convertir la elección en un referendo contra Trump.

En un acto con el candidato la semana pasada, el presidente Biden describió a Youngkin como “un acólito de Donald Trump” y advirtió que el extremismo “puede presentarse con una sonrisa”.

(Con información de AFP)

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