El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo este lunes en la COP26 que el cambio climático “está arrasando con el mundo” y “costando billones de dólares”, por lo que instó a los líderes a llegar a un acuerdo para hacer frente a la crisis.
“En una era en que una pandemia ha dejado dolorosamente claro que no hay fronteras, sabemos que nadie puede escapar. Lo peor está por venir si no tomamos medidas”, advirtió. “¿Vamos a actuar, hacer lo necesario, aprovechar la enorme oportunidad ante nosotros? ¿O vamos a condenar a las próximas generaciones al sufrimiento?”, se preguntó ante los delegados de los países asistentes a la cumbre en Glasgow.
El mandatario consideró que la meta de matener las temperaturas solo 1,5°C por encima del promedio preindustrial está al alcance de la mano si la comunidad internacional se mantiene unida y logra firmar los compromisos necesarios.
“Creo que hay una increíble oportunidad, no solo para EEUU, sino para todos. Tenemos la habilidad para invertir en nosotros, en energía limpia, buenos empleos y oportunidades”, indicó el líder demócrata, haciendo un repaso de los proyectos que su partido busca aprobar en el Congreso. Además, dijo que en los próximos días presentará nuevas iniciativas medioambientales.
En ese sentido, hizo hincapié en que la lucha por el medio ambiente no impactará negativamente la economía: por el contrario, dijo que es una oportunidad para revitalizarla. “Bajando precios de energía, pero con un aire más limpio. Con buenos empleos sindicalizados. Cuando les hablo del cambio climático, les hablo de trabajos. De infraestructura. De autos eléctricos. Los ingenieros diseñarán nuevos sistemas de capturas de carbono, los obreros lo construirán. Por tomar todas esas acciones, podremos alcanzar las metas ambiciosas”, aseguró.
En el plano internacional, expresó que Washington hará su parte para ayudar al resto del mundo a cumplir sus metas, lo que consideró que es “una obligación”. Según adelantó, planea cuadriplicar el monto de asistencia internacional para proyectos ecológicos.
“No hay más tiempo para esperar o discutir. Es el desafío de nuestras vidas, una amenaza existencial. Cada día que demoramos, el costo sube. Que sea el inicio de una década de transformación. Podemos hacer esto, solo debemos elegir hacerlo”, culminó.
Luego de los discursos de los líderes mundiales, los delegados de los países iniciarán las negociaciones a puertas cerradas con el objetivo de alcanzar acuerdos medioambientales que se acerquen a las enormes expectativas de la comunidad internacional por las advertencias de los expertos.
Biden busca presentarse en la cumbre del clima de la ONU (COP26) de Glasgow (Escocia) como ejemplo de liderazgo mundial con unos ambiciosos objetivos que, sin embargo, chocan con varios obstáculos domésticos e internacionales.
Biden ha remarcado en varias ocasiones que considera la crisis climática “una amenaza existencial para la humanidad” y la ha ubicado en la primera plana de su agenda.
Los objetivos climáticos marcados por el mandatario a su llegada a la Casa Blanca son de una escala enorme: reducir las emisiones de EEUU de gases de efecto invernadero para 2030 en un 50% desde los niveles de 2005 y crear un sistema de producción de electricidad nacional sin emisiones de carbono para 2035.
Para ello, lanzó un plan de gasto social valorado en 3,5 billones de dólares, que posteriormente redujo para contentar a los moderados de su propio partido a 1,75 billones, con un importante capítulo de 550.000 millones de dólares dedicado al cambio climático y diseñado, entre otros aspecto, para favorecer la transición de las plantas de generación eléctrica hacia energías renovables. Asimismo, Biden ha propuesto que el 50% de las ventas de vehículos en 2030 sean de modelos eléctricos, dentro un plan paralelo de modernización de infraestructura de un billón de dólares, con subsidios para su compra.
Las negociaciones, no obstante, se están prolongando más de lo esperado en el Congreso estadounidense, y dificultan la intención del presidente de llegar a Glasgow con los deberes hechos en el plano doméstico.
De mantenerse la actual política energética y de transporte sin cambios, las reducciones en las emisiones de gases contaminantes respecto a los niveles de 2005 serán de entre 17% y 25%, por debajo de los objetivos del mandatario, según un análisis divulgado la pasada semana por la empresa de investigación Rhodium Group.
“Estados Unidos aún está trabajando para reconstruir su credibilidad y confianza. La Administración encarará escepticismo tanto sobre si avanzará sus planes en casa como si seguirá siendo confiable cuando Biden concluya su mandato”, señalaron Antony Pipa y Kaysie Brown, investigadores del centro de estudios Brookings Institution de Washington, en un reciente artículo.
Biden considera que, sin mayores compromisos de las grandes economías, “se escapa de las manos” el objetivo marcado por el Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 grados centígrados para finales de siglo. Pero los expertos consideran que pese la importancia de las metas marcadas por Estados Unidos es imprescindible que se sumen los otros grandes contaminadores globales como China e India.
El enviado especial de Biden para el cambio climático, John Kerry, ha viajado a China para tratar de recabar el respaldo de Pekín, pero las tensiones geopolíticas y económicas entre los dos grandes poderes mundiales han impedido un acercamiento significativo.
De hecho, ni el presidente de China, Xi Jinping; ni el primer ministro indio, Narendra Modi participaron en el Foro de Grandes Economías sobre Energía y Clima, organizado por la Casa Blanca el pasado mes septiembre, lo que enfría las aspiraciones globales.
(Con información de EFE)