Coronavirus: la OMS contrató una empresa africana para tratar de copiar la fórmula de Moderna

El laboratorio estadounidense ha sido muy cerrado desde un comienzo con el desarrollo de su vacuna. A diferencia de competidores como Pfizer, no han hecho ni siquiera mercadeo en el resto del mundo y se niega a revelar su fórmula

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Vista de una dosis de
Vista de una dosis de la vacuna de Moderna contra la covid-19 (Foto: EFE/Stephanie Lecocq)

La OMS (Organización Mundial de la Salud) contrató una empresa africana, Afrigen Biologics and Vaccines, para que traten de encontrar una fórmula lo más cercana posible a la de la vacuna mRNA desarrollada por Moderna en los Estados Unidos. Es parte de un plan en el que la OMS está invirtiendo más de 100 millones de dólares y que tiene por objetivo llevar estas vacunas a países de todo el planeta.

Hasta el momento, Afrigen se especializaba en vacunas veterinarias. Con el encargo de la OMS el laboratorio se ha convertido en una sala de prueba y error para lograr la tecnología mRNA.

“Uno entra y puede ver científicos con sus batas blancas y otros en los trajes de protección de pies a cabeza operando un biorreactor para crear ADN. En otras salas, de microbiología, todo está inmaculado para las pruebas. En otras salas hay muestras desplegadas para entender cómo el producto reacciona a distintas condiciones de temperatura y humedad”, explicaba Petro Treblanche, director ejecutivo de Afrigen.

Si Afrigen logra descifrar la fórmula y la vacuna similar a la de Moderna se puede producir allí, la OMS va a pagarles para que el laboratorio se convierta en una escuela en la que la fórmula se enseñe a otros científicos.

“Lo llamamos el centro de transferencia de tecnología. Fabricantes de todo el mundo van a ser invitados a venir y aprender todo el proceso. Esto va a acelerar la disponibilidad de esta tecnología no a través de un fabricante, sino de varios”, explicaba Martin Friede, el oficial de la OMS a cargo de este proyecto.

Una trabajadora sanitaria administra una
Una trabajadora sanitaria administra una dosis de la vacuna de la COVID-19 a una mujer en Nigeria (Foto: Reuters)

Si se logra producir la vacuna en diversas regiones del mundo podría empezar a achicarse la diferencia en el acceso a las vacunas entre unas zonas y otras. Mientras Estados Unidos y Europa hoy tienen casi el control de la fabricación de estas vacunas, África y el Medio Oriente casi no tienen producción propia.

Hasta el momento, en todo el continente africano solo un 5% de la población se ha vacunado completamente. Según la OMS esto se debe en gran parte a que en el continente no hay ninguna fábrica real de vacunas, sino algunas pocas envasadoras que se encargan de los pasos finales en la producción.

Los oficiales sanitarios se ilusionan con la posibilidad de que sean muchos los laboratorios en el mundo que pueden trabajar con tecnología mRNA, no solo por su eficacia contra el COVID-19 sino por los potenciales beneficios que pudiera tener en otras enfermedades como la malaria o la tuberculosis.

Si bien Moderna ha decidido no compartir la fórmula, el laboratorio ha asegurado en varias ocasiones que durante la pandemia no demandarán a nadie que intente copiarlos. Es por eso que la OMS se inclinó por buscar la fórmula de Moderna y no la de Pfizer, que también utiliza tecnología mRNA.

La patente de Moderna es pública y tiene mucha información, pero “está escrita de manera tal en la que no lo cuentan todo”, explicaba Treblanche. Por ende, Afrigen ha logrado determinar los componentes necesarios pero desconocen las concentraciones, los tiempos y las mezclas.

Al ser consultados acerca de los planes de compartir más sobre la fórmula, los ejecutivos de Moderna respondieron que en el corto plazo su plan es abrir una planta de fabricación en África.

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