Un cuarto de la infraestructura de Estados Unidos corre riesgo de ser afectada por inundaciones

Un nuevo reporte indica que son el desastre natural más costoso para el país. Los estados con la mayor cantidad de zonas bajo riesgo severo son Luisiana, Florida, Kentucky y West Virginia

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Nueva Orleans está en alerta.
Nueva Orleans está en alerta. (Foto: Seth HERALD / AFP)

La fundación First Street, una organización no gubernamental sin fines de lucro dedicada a la investigación acaba de publicar un reporte en el que indican que al menos un cuarto de la infraestructura vital del país está bajo riesgo de quedar bajo agua en las próximas tres décadas.

Como infraestructura vital se consideran distintos tipos de estructuras, desde puentes y rutas, hasta edificios de bomberos, policía y hospitales, pasando por escuelas, oficinas de gobierno y barrios residenciales.

“Nuestro objetivo era determinar la cantidad de inundaciones que se van a necesitar para que la infraestructura quede inoperable”, explicaba Jeremy Porter, de la fundación First Street.

El reporte, titulado El tercer informe nacional de riesgo de inundaciones: la infraestructura al límite, toma en cuenta todo tipo de posibles inundaciones, desde las ocasionadas por el aumento de las lluvias, hasta la posibilidad del colapso de un río, o el aumento del nivel del mar.

Los trabajadores abren las compuertas
Los trabajadores abren las compuertas del Bonnet Carre Spillway, para desviar el agua del río Misisipi al lago Pontchartrain, río arriba de Nueva Orleans, en Norco, Luisiana, el viernes 10 de mayo de 2019. (AP)

“Como vimos hace apenas unas semanas con la devastación generada por el huracán Ida, la infraestructura de nuestro país no ha sido construida para soportar el riesgo de inundaciones que enfrentamos hoy en día. Ni hablar lo que puede pasar con el aumento que esperamos haya de ese riesgo en los próximos 30 años”, agregaba Matthew Eby, fundador y director ejecutivo de la fundación First Street.

“El impacto del huracán Ida a lo largo del país ha sido impresionante, destruyendo el tendido eléctrico en el sur de Luisiana, inundando la infraestructura de transporte del metro de la ciudad de Nueva York y matando a más de 100 personas. Está claro que ahora, más que nunca, los lugares en los que vivimos van a continuar siendo afectados por los cambios climáticos”, indica el reporte.

17 de los 20 condados que corren mayor riesgo de inundaciones severas en el país se encuentran en cuatro estados: Luisiana, Florida, Kentucky y Virginia del Oeste. Solamente en Luisiana se concentran seis de los 20 condados de más riesgo, y es allí donde se encuentra el condado identificado como aquel que corre mayor riesgo de quedar bajo el agua en todo el país: Cameron Parish.

Brickell Avenue, en Miami
Brickell Avenue, en Miami

Si en lugar de condados el foco se pone en ciudades, Florida tiene seis de las 20 ciudades de mayor riesgo, y Luisiana tres. Nueva Orleans, es la segunda ciudad en situación más crítica del país en cuanto a inundaciones. Miami se encuentra en el puesto 8 del ranking, San Petersburgo y Tampa, amabas en Florida también, tienen los puestos doce y catorce respectivamente.

Hoy en día hay 12,4 millones de propiedades residenciales en riesgo de inundación en el país. El calculo es que en los próximos 30 años ese número aumente a 13,6 millones. Las cifras son aterradoras. Para el 2051, estarán en riesgo 1,2 millones de viviendas residenciales más, 66 mil propiedades comerciales y 63 mil millas de rutas, quedando inutilizables.

De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, las inundaciones son el desastre natural más costoso de los Estados Unidos. Desde 1980 el país ha invertido más de un trillón de dólares para enfrentar las consecuencias de las inundaciones.

Más allá de los grandes planes nacionales para modernizar la infraestructura, hay ciudades que están tomando cartas en el asunto. En la ciudad de Miami, por ejemplo, los residentes votaron hace un par de años para autoimponerse un impuesto que genere un fondo para combatir inundaciones. Tras el huracán Andrew, en la década del 90, la ciudad modificó su código de edificación y se convirtió en la ciudad más resistente al viento en el mundo. Esto le ha permitido que en los últimos años el daño por el paso de huracanes en Miami haya sido 10 veces menor que el daño en ciudades como Nueva York. El objetivo de la ciudad del sol ahora es convertirse en la ciudad más resistente al agua del planeta.

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