La jueza del Tribunal Supremo de Estados Unidos Sonia Sotomayor rechazó eliminar la vacunación obligatoria para el personal educativo de las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York, como había solicitado un grupo de maestros de la ciudad.
Este viernes Sotomayor, que está asignada a considerar las solicitudes de emergencia del Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito de Estados Unidos, con sede en Nueva York, mostró su negativa a la solicitud realizada por los maestros previamente tras haber sido rechazada en tribunales inferiores.
Al respecto, los abogados del personal educativo señalaron que tanto el Departamento de Educación como el de Salud y la ciudad de Nueva York han impuesto una “medida inconstitucional” sobre los maestros de las escuelas públicas, según informó la cadena estadounidense CNN.
Las autoridades neoyorquinas emitieron en agosto una orden que obliga al personal educativo que trabaja de forma presencial a presentar un certificado de vacunación, con al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 recibida.
Ante ello, parte del personal educativo se ha mostrado desafiante y ha esgrimido distintas razones para no querer recibir el inmunizador, así como ha avisado que la medida supone una “amenaza a la educación de miles de niños en el sistema de escuelas públicas más grande del país”.
Antes de la decisión de Sotomayor, un tribunal de distrito federal se había negado también a bloquear la orden de vacunación obligatoria al considerar que se trata de una “decisión política racional en torno a la mejor manera de proteger a los niños durante la pandemia”.
Nueva York acumula más de 2,4 millones de casos de coronavirus confirmados, mientras las muertes ascienden a 55.000, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
El número de fallecidos por la COVID-19 en Estados Unidos superó este viernes 700.000 desde que comenzó la pandemia, la mayor cifra del mundo, seguida de Brasil (596.800) e India (448.372).
Según avanza el diario ‘The New York Times’, la mayoría de defunciones se concentran en el sur, donde la vacunación avanza a menor ritmo, e incluyen a más gente joven que nunca.
También se ha constatado que la mayoría de las muertes se producen entre personas no vacunadas, a pesar de que Estados Unidos fue uno de los primeros países del mundo en disponer de vacunas contra la enfermedad.
Durante la última semana, alrededor de 2.000 personas han muerto cada día por la COVID-19 en el país norteamericano, según datos de la universidad Johns Hopkins.
Los expertos atribuyen la racha de defunciones a la variante delta, cada vez más extendida en el territorio, particularmente en estados del sur como Florida, Luisiana o Arkansas.
Hace poco que la cifra de muertos por COVID-19 en el país norteamericano superó a la de la gripe española, que en el siglo pasado se cobró la vida de aproximadamente 675.000 personas en el territorio, convirtiéndose así en la pandemia más mortífera en la historia del país.
En total, son 600.000 muertes más de las que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estimó en marzo del año pasado al afirmar que si el país conseguía mantener la cifra de defunciones entre 100.000 y 200.000 habrían hecho “un gran trabajo”.
(Con información de Europa Press)
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