Si hace diez años alguien pensaba que Estados Unidos podía ser competitivo en fútbol (o soccer como lo llaman aquí), hubiera sido objeto de burlas. Sin embargo hoy la MLS (la liga profesional de fútbol) cobra más relevancia cada día, atrayendo a figuras internacionales. En la ciudad de Miami los partidos del Inter (el equipo local) se llenan los fines de semana, y pronto podría empezar la construcción de un estadio de nivel internacional en el corazón de la ciudad del sol. Además, la ciudad se prepara para convertirse en mundialista en cinco años y aspira a ser anfitriona de la final del mundo.
Pero como ha ocurrido en muchas partes del mundo, los orígenes de esta pasión no están en el profesionalismo sino en los amigos que se juntan a jugar cada semana, y los niños que hacen del futbol un estilo de vida.
Mariano Pastor es pionero en el negocio del fútbol en Miami y ha sido testigo de primera mano del crecimiento que este deporte ha tenido en el sur de la Florida. Como fundador y CEO de Soccerland Park, Pastor ha creado las mejores canchas de Miami: seis en Homestead, al sur del condado, otras tantas en el Doral, junto al aeropuerto y su nuevo emprendimiento, el centro de fútbol de Opa Locka.
“El apasionado del fútbol va a donde haya buenas canchas. Nuestro primer emprendimiento fue en Homestead hace ocho años. En un acuerdo con el condado, tomamos un parque público y construimos allí un centro de fútbol de primer nivel. Después llegaron las otras dos locaciones que son a puertas cerradas, con aire acondicionado, el mejor pasto sintético traído de Europa y cámaras que transmiten los partidos en vivo a través de Instagram”, cuenta Pastor a Infobae, confirmando que las personas llegan a sus canchas al conocerlas por las redes sociales (@homesteadsoccerlandpark, @opalockasoccerlandpark y @doralsoccerlandpark).
Es entendible que muchos latinoamericanos que viven en esta ciudad hayan importado consigo la pasión por el fútbol, pero lo curioso es que hoy el fenómeno del gusto por el juego se ve en personas de todas las nacionalidades que llegan para divertirse entre amigos, o para que sus niños sean parte de la única academia de fútbol que toma estudiantes desde los 18 meses hasta los 14 años, que atrae a varones y mujeres por igual.
“Ha habido un cambio cultural, sobre todo de los padres con los chicos. Padres de todo tipo nacionalidad, que por ahí no entienden nada de futbol, que los llevan a los partidos, los apoyan mientras van aprendiendo las reglas del futbol. Venezolanos, puertorriqueños, americanos. Ha crecido mucho, en el mercado latino pero sobre todo en el americano”, aclaraba este argentino que llegó hace 20 años a Estados Unidos. Graduado de ciencias económicas de la Universidad de Buenos Aires, con un master en administración obtenido en Nueva York, Pastor se hizo un nombre propio en Estados Unidos atrayendo inversionistas al país y guiándolos, y ahora como pionero en el mundo del fútbol.
Como ocurre en Sudamérica, los amigos que llegan a las canchas se quedan a hacer un “tercer tiempo”. Entre las 5 de la tarde y la 1 de la mañana es difícil encontrar un espacio libre para poder alquilar una cancha.
Este porteño, asegura que el fenómeno del fútbol ha tenido un crecimiento exponencial pero que aún hay mucho espacio para que siga creciendo.
Para aquellos que recién llegan a instalarse en Miami, Mariano tiene varios consejos.
“En los últimos 10, 12 años, pero en especial en los últimos 2 años, muchos argentinos invirtiendo, desesperados por una visa de inversión. Al principio tienen miedo, pero cuando empiezan a asesorarse, a conocer, se sienten más confiados. Sobre todo en Miami, una ciudad que ha crecido tanto en los últimos tiempos. Casi no hay diferencia con hacer una inversión en Nueva York. En realidad, si hay diferencia: la impositiva. En Nueva York hay impuestos estatales, municipales y federales. En Miami solo impuestos federales”, afirmaba este residente de la ciudad del sol.
Pero más allá de los beneficios impositivos, la ciudad del sol tiene otro beneficio: lugares como SoccerLand, donde se puede replicar el famoso partido con los amigos tan popular para los latinoamericanos que en Estados Unidos es una novedad que llegó para quedarse.