Durante la última semana, el promedio de siete días de nuevos casos de COVID 19 en los Estados Unidos ha disminuido más de 20 mil casos con respecto a la semana anterior, llevando el número total de nuevos casos semanales en el país a 130 mil, de acuerdo con la información revelada por la Universidad John Hopkins. En gran parte, las noticias positivas se deben a que la situación mejoró considerablemente en estados del sur como Florida y Mississippi, donde ya han superado el pico de la cuarta ola.
Además, según reportaron los CDC (Centros para el Control de Enfermedades, según sus siglas en inglés), por segunda semana seguida su pronóstico predice que las nuevas hospitalizaciones diarias seguirán bajando durante las próximas cuatro semanas. El pronóstico de la semana pasada fue el primero positivo desde mediados de junio, y el de esta semana indica que habrá entre 4.600 y 11.800 nuevas hospitalizaciones para la semana del 18 de octubre.
Pero el país está lejos de haber salido del riesgo de COVID 19. A lo largo del país, el 80% de las camas de las terapias intensivas están ocupadas. Según el departamento de salud y servicios humanos, un cuarto de esas camas están ocupadas por pacientes de COVID-19. Si bien el sur del país sigue teniendo la mayor cantidad de casos, en el noreste empieza a verse una tendencia al alza.
El estado de Virginia del Oeste ha reportado por primera vez desde el comienzo de la pandemia un récord de 1.000 hospitalizaciones al día debido al COVID*19, según confirmó el gobernador Jim Justice.
Pese a la gran campaña de vacunación, y el fácil acceso a las vacunas, los CDC indicaron que esta semana el índice de vacunación ha sido el más bajo desde que se aprobara la inoculación contra el COVID. El país ha entrado en una meseta donde quienes querían vacunarse ya lo hicieron, y quienes no lo hicieron aún probablemente no lo vayan a hacer.
Con la llegada del otoño y eventualmente el invierno, las temperaturas en el norte del país se vuelven gélidas. En zonas como el noreste, donde está la mayor densidad de población en el país, las bajas temperaturas combinadas con reuniones a puertas cerradas y un porcentaje de la población que se niega a vacunarse, puede ser una combinación fatal.
El invierno pasado fue sumamente duro para el noreste de los Estados Unidos, con estados como Nueva York donde llegaron a colapsar varios hospitales y debieron recibir buques hospitales para ayudar con la situación. Hoy, con una buen porcentaje de la población vacunada, se espera que la situación sea mejor, sobre todo teniendo en cuenta que los estados de Nueva York y Nueva Jersey, que tan afectados se vieron el año pasado, son de los que tienen los índices de vacunación más altos del país, con un 62,9% y un 63,7% de su población ya inoculada respectivamente.
En el país ya se han administrado más de 387 millones de dosis, con un 55,6% de la población total (incluyendo aquellos que no son elegibles aún) vacunado.
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