Estados Unidos consideró que las elecciones legislativas llevadas a cabo en Rusia no fueron libres ni limpias

El Departamento de Estado denunció que los rusos fueron “impedidos de ejercer sus derechos cívicos” en los comicios. Instó a Moscú a respetar las libertades fundamentales

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Voto del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu (Reuters)
Voto del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu (Reuters)

Estados Unidos cuestionó este lunes la integridad de las elecciones parlamentarias en Rusia, al denunciar que la arremetida del gobierno contra sus críticos había “impedido a los rusos ejercer sus derechos cívicos y políticos”, por lo que el proceso se realizó sin transparencia ni justicia.

“Las elecciones a la Duma del 17 al 19 de septiembre en la Federación Rusa tuvieron lugar bajo condiciones que no conducen a un procedimiento libre y justo”, dijo el portavoz del Departamento de Estado.

Invocamos a Rusia a honrar sus obligaciones internacional de respetar a los derechos humanos y libertades fundamentales, y terminar la campaña de presión sobre la sociedad civil, la oposición política y los medios independientes”, añadió el comunicado.

La oposición, mayoritariamente excluida de estas elecciones, igual que el principal opositor, el encarcelado Alexei Navalny, denunció fraudes masivos a medida que el partido oficialista, Rusia Unida, reivindicaba una supermayoría en la Duma, el parlamento.

Pese a esas acusaciones, la presidencia rusa celebró “la transparencia y la probidad” de estas elecciones legislativas.

Por su parte, la Unión Europea denunció este lunes una atmósfera de intimidaciones en el periodo previo a las elecciones y lamentó la ausencia de observadores electorales independientes.

Un hombre observa una pantalla que muestra los colegios electorales, en la sede de la Comisión Electoral Central de Rusia en Moscú (Reuters)
Un hombre observa una pantalla que muestra los colegios electorales, en la sede de la Comisión Electoral Central de Rusia en Moscú (Reuters)

A su vez, el ministerio británico de Asuntos Exteriores apuntó que “las medidas adoptadas por las autoridades rusas para marginar a la sociedad civil, silenciar a los medios independientes y excluir a los genuinos candidatos de la oposición de participar en las elecciones socavan la pluralidad política y están en desacuerdo con los compromisos internacionales que Rusia ha firmado”. El vocero agregó: “También nos decepcionan las indebidas limitaciones que ha colocado Rusia en la supervisión electoral, incluyendo a observadores internacionales, un elemento clave de escrutinio democrático”.

El dirigente comunista ruso Guennadi Ziugánov, generalmente comedido, denunció falsificaciones e instó a Putin a que cesen estas “trampas”.

En Moscú, bastión de los detractores del Kremlin, éstos afirmaron que los votos en línea habían sido falsificados, permitiendo invertir la tendencia desfavorable a Rusia Unida observada en el recuento de votos de papel. “Son las elecciones del fraude electrónico” afirmó en Twitter Iván Jdanov, un afín de Navalny en el exilio.

Otro de sus aliados, Leonid Vólkov, denunció una “reescritura completa” de los resultados en Moscú y San Petersburgo.

Un alto responsable del partido de Vladimir Putin, Andréi Turchak, aseguró que su formación logró al menos 315 escaños de un total de 450 en la cámara baja del parlamento, la Duma, con lo que saludó una victoria “clara y limpia”. Este resultado constituye sin embargo un descenso para Rusia Unida respecto a 2016, cuando obtuvo 54,2% de los sufragios, y 334 diputados.

Aunque Putin, de 68 años, continúa teniendo un buen nivel de popularidad, Rusia Unida ha perdido respaldo ante el declive de las condiciones de vida tras años de estancamiento económico, agravado por la pandemia del coronavirus.

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