El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, tiene una cruzada contra los llamados pasaportes sanitarios o pruebas de vacunación. En el estado de Florida, por orden del gobernador, ni los gobiernos locales ni los negocios particulares pueden exigir al público o a los clientes que estén vacunados contra el COVID-19 para permitirles acceso o servicios.
A comienzos de año, tras casi diez meses de pandemia, la legislatura estatal aprobó la ley SB 2006 que le prohíbe a los gobiernos, comercios y escuelas exigir pruebas de vacunación. En mayo pasado, el gobernador DeSantis firmó la ley que entrará en vigor el próximo 16 de septiembre.
Basado en esta ley, el departamento de salud de la Florida podrá emitir multas a quienes estén pidiendo pruebas de vacunación. Desde este departamento ya se ha confirmado que las multas serán de 5 mil dólares (lo máximo que autoriza la ley), por cada individuo y cada violación a la ley que se compruebe. Es decir, si un comercio indica que para ingresar en su predio un cliente debe demostrar que está vacunado, entonces se le cobrarán 5 mil dólares por cliente, no 5 mil dólares en total.
Quienes reciban estas multas tendrán la posibilidad de ir a corte y apelar el caso, en un sistema idéntico a lo que ocurre con las infracciones de tránsito. Si el juez ratifica la multa, el infractor tendrá 30 días para pagarla.
La ley deja abierta la posibilidad de que las empresas le exijan estar vacunados, y demostrarlo, a sus empleados. El gobernador tampoco está de acuerdo con esto, alegando que estas medidas van en contra de las libertades individuales. Desde el otro lado de la disputa, alegan que los comercios y empresas privadas tienen derecho a decidir cómo manejar su negocio, bajo el concepto de la libertad de mercado.
El caso de las escuelas es aún más complicado. Las vacunas están disponibles para mayores de 12 años, aunque entre los 12 y los 15 años menos de la mitad de la población se ha inoculado. En Florida, las escuelas no pueden exigirles a los alumnos estar vacunados contra el COVID-19, aunque desde hace décadas las escuelas públicas de la Florida exigen calendario de vacunación completo para permitirle a un niño acceder a clases.
En este momento Florida es el estado número 19 de la nación en el ranking de vacunación. Según el propio gobierno estatal, el 68% de la población elegible para recibir la vacuna tiene hasta ahora al menos una dosis puesta. Está claro que desde hace meses no hay mayores restricciones para ser inoculado en Florida, por lo que quienes no se han vacunado no lo han hecho por una decisión personal.
El caso más resonado en esta disputa es el de las compañías de cruceros. La empresa Norwegian Cruise Lines demandó a la Florida por no permitirles pedir prueba de vacunación a sus pasajeros y en primera instancia ganó. DeSantis ha apelando el fallo pero, por ahora, los cruceros pueden pedir prueba de vacunación a quienes se suben a uno de sus barcos desde un puerto de Florida -que a su vez es el principal centro de operaciones para esta industria-.
La empresa organizadora de conciertos, Live Nation, por el momento mantiene su política de pedir prueba de vacunación o examen de COVID negativo a quienes se acerquen a uno de sus eventos. Si el departamento de salud empieza a imponer estar multas, una empresa como Live Nation que en cada evento tienen unas cinco mil personas, se enfrenta a pagar millones de dólares en penalidad.
Por el momento, todo parece indicar que a partir del 16 empezarán a llegar las multas, aunque como todo en tiempos de COVID puede llegar a cambiar de un minuto a otro.
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