Moderna anunció el miércoles que había enviado una solicitud a la Administración de Drogas y Alimentos de los EEUU (FDA, en inglés) para obtener una autorización del refuerzo de su vacuna contra el COVID-19, después de que los datos de su último ensayo mostraran un aumento significativo en los anticuerpos contra las distintas variantes.
La tercera inyección de la vacuna, conocida como ARNm-1273, se administró a 344 participantes en un estudio seis meses después de su segunda dosis. Las dos primeras dosis fueron de 100 microgramos, mientras que el refuerzo fue de la mitad, con 50 microgramos.
Un análisis de los resultados mostró que el refuerzo aumentó los niveles de anticuerpos neutralizantes contra variantes de circulación, como la Delta -en más de 42,3 veces-, la Gamma -en 43,6 veces- y la Beta -en 32 veces-, con resultados similares en todos los grupos de edad, incluidos los mayores de 65 años.
La ultracontagiosa variante Delta, identificada por primera vez en India, es ahora la cepa dominante a nivel mundial.
“Seguimos comprometidos con adelantarnos al virus y seguir la evolución epidemiológica del SARS-CoV-2”, dijo Stephane Bancel, director ejecutivo de la compañía, en un comunicado.
La compañía dijo que también estaba planeando presentaciones a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y otras autoridades reguladoras en los próximos días.
Si bien Moderna está testeando dar un refuerzo de su primera vacuna, desarrollada contra la cepa original identificada por primera vez en Wuhan, la compañía ha probado previamente un refuerzo específico contra la variante Beta, que se identificó por primera vez en Sudáfrica pero ha perdido fuerza considerable en los últimos meses.
El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden ya comenzó a ofrecer la tercera dosis de la vacuna Covid a personas inmunodeprimidas y planea ampliar esos refuerzos para diferentes grupos etario que cumplan ocho meses después de su segunda dosis, a partir del 20 de septiembre.
Esa decisión ha dejado a muchos expertos en salud desconcertados, porque aunque hay evidencia de que la eficacia de la vacuna disminuye en el tiempo contra la infección, también es cierto que se ha mantenido en gran medida estable contra las hospitalizaciones y las muertes, el propósito para el que fueron concebidas en primera instancia.
La medida también ha sido criticada sobre la base de que la mayoría de los países en desarrollo en este momento ni siquiera tienen suficientes vacunas para dar a sus poblaciones su primera o segunda dosis.
Más allá del aspecto moral del sobrante de vacunas en los países ricos y de su contraparte en los países pobres, muchos expertos advierten que dejar estas regiones sin vacunas durante un período prolongado de tiempo abre la puerta al surgimiento de variantes nuevas y posiblemente más peligrosas que podrían a la larga evadir la acción protectora de la generación actual de vacunas.
También el miércoles, la FDA anunció que celebraría una reunión el 17 de septiembre para evaluar si autorizar una tercera dosis de refuerzo de la inyección de ARNm Covid de Pfizer.
(Con información de EFE)
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