Wall Street cerró este martes el mes de agosto encadenando siete meses de subidas, alentado por la recuperación económica y satisfecho con las previsiones económicas adelantadas por el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, aunque todavía muy sensible a la evolución del coronavirus.
El Dow Jones ha subido en agosto un 1,21 % acumulado, el S&P 500 un 2,9 % y el Nasdaq un 3,99 %. En las principales plazas europeas, los resultados mensuales han predominado las subidas: Milán ha ganado un 2,55%; Madrid, un 1,97%; Fráncfort, un 1,87%; Londres, un 1,24%; y París, un 1,02%.
El empuje de los datos de empleo
La economía de EEUU añadió en julio 943.000 empleos, la cifra más alta desde septiembre de 2020, y el número de desempleados se ubicó en 8,7 millones, 782.000 menos que el mes anterior, situando el índice de desempleo en el 5,4%, cinco décimas por abajo.
A los buenos anuncios de empleo que empujaron al alza la primera semana de agosto, y que para los analistas mostraban un paso más en la buena dirección en la senda hacia un “progreso sustancial” de la economía, se sumaron los excelentes resultados empresariales del segundo trimestre.
Estos comenzaron a desgranarse a principios de mes, mantuvieron despiertos los ánimos de los inversores en la segunda semana, y se vieron reflejados en los nuevos máximos históricos marcados por los tres índices a lo largo del mes.
El desempeño de las grandes empresas estuvo detrás del ambiente positivo en los mercados, que celebraron unos resultados abrumadoramente mejores de lo esperado y que estuvieron alimentados por la rápida recuperación de la economía estadounidense.
Casi un 90% de las compañías del S&P 500 que presentaron sus cuentas del segundo trimestre superaron las expectativas de los analistas, el mayor porcentaje desde 2011, según datos del fondo de inversión Blackrock.
El contrapeso de la inflación
El entusiasmo de la primera mitad de agosto, sin embargo, se desinfló con el fin de los anuncios trimestrales de las empresas, que llevaron a los inversores a mirar con preocupación tanto el encuentro anual de los bancos centrales de Jackson Hole (Wyoming), que se celebró el 27 de agosto, como el avance de la variante delta y sus posibles repercusiones en la recuperación económica.
La rebaja drástica de las previsiones de crecimiento para Estados Unidos de la financiera Goldman Sachs para el tercer trimestre del 9% al 5,5%, sumado también al continuo aumento de la inflación y al aumento de las tensiones geopolíticas con la catastrófica retirada estadounidense de Afganistán, contribuyó a enfriar los ánimos en el parqué la tercera semana del mes.
(Con información de EFE)
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