El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, no buscará ampliar el refuerzo de 300 dólares semanales en el subsidio de desempleo que expira el próximo 6 de septiembre, dada la mejoría de la recuperación económica tras la crisis provocada por la pandemia de COVID-19.
“El respaldo de 300 dólares expirará el 6 de septiembre, como estaba previsto”, señalaron en una carta conjunta Janet Yellen, secretaria del Tesoro, y Marty Walsh, secretario de Trabajo, enviada al comité de finanzas del Senado.
“Como ha afirmado el presidente Biden”, agregaron, “el refuerzo siempre se planteó como temporal y es apropiado que ese beneficio finalice”.
La tasa de desempleo ha bajado gradualmente en los últimos meses en EEUU hasta el 5,4 % en julio, después de que se disparó por encima del 10% en 2020 con la llegada de la pandemia y las restricciones de movilidad impuestas para contener su expansión.
El mes pasado la mayor economía del mundo añadió 943.000 empleos, la cifra más alta desde septiembre de 2020, y el número de desempleados se ubicó en 8,7 millones, esto es 782.000 menos que el mes anterior.
La mayoría de los analistas esperaba un índice de desempleo del 5,7% con la suma de 983.000 puestos de trabajo.
Aunque las cifras han bajado considerablemente desde el fin de la recesión entre febrero y abril de 2020, siguen estando muy por encima del comienzo de la pandemia.
Yellen y Walsh precisaron que “algunos estados” pueden emplear parte de los fondos federales aprobados durante el último paquete de rescate para entidades estatales y locales por valor de 350.000 millones de dólares para prorrogar esta ayuda.
Y así, recalcaron, dar a los residentes de esos estados “un poco más de tiempo para encontrar un empleo en áreas donde el desempleo sigue siendo elevado”.
Varios estados, la mayoría gobernados por republicanos, decidieron recortar esta ayuda a comienzos de verano ante las dificultades de algunos negocios por encontrar empleados, algo de lo que responsabilizaron a este respaldo por desincentivar la búsqueda de empleo.
La Reserva Federal (Fed) prevé que la economía estadounidense crezca este año a una tasa de cerca del 7%, lo que sería la más alta desde la década de 1980, y espera que el desempleo cierre el año en el 4,5%.
Por otra parte, la Fed analiza comenzar la retirada del estímulo monetario a través de la reducción de su programa de compra de bonos mensuales a finales de año si la economía mantiene el ritmo de expansión esperado, según las actas de su reunión del pasado mes.
En el encuentro, los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed, que dirige la política monetario, discutieron la posibilidad de una primera reducción en el volumen de compra de bonos mensuales, actualmente situado en 120.000 millones de dólares.
“De cara al futuro, la mayoría de los participantes señalaron que, si la economía evoluciona de manera general como se anticipa, podría ser apropiado empezar a reducir el ritmo de compra de activos este año”, apuntó el documento, divulgado este miércoles y que recoge el encuentro del pasado 27 y 28 de julio.
El banco central estadounidense destacó los progresos registrados de cara a su doble objetivo de estabilidad de precios y fomento del pleno empleo.
No obstante, remarcaron que la reducción en el ritmo de compra de bonos no implica un “vínculo mecánico” con una subida de tipos de interés.
(Con información de EFE)
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