Carteles sujetos con cinta a las ventanas y la puerta del Stop Inn, un restaurante del distrito neoyorquino de Queens, dicen claramente que el local cumple con el nuevo edicto de la ciudad contra el coronavirus. Todas las personas que comen en el interior de un restaurante, contemplan obras de arte en un museo o sudan en un gimnasio deberán demostrar que están vacunadas contra el COVID-19.
El Stop Inn colocó los carteles el lunes por la noche, dijo un mesero. Así los clientes saben que el martes empieza a cumplir con la campaña más reciente de la ciudad para detener la propagación del virus, sobre todo la agresiva y contagiosa variante Delta, que ha provocado una ola de contagios y hospitalizaciones en todo el país.
Norbu Lama, de 17 años, dijo que se sorprendió cuando un mesero le pidió su tarjeta de vacunación al sentarse a la mesa con sus padres y hermanita. “No sabíamos que debíamos traerla”, comentó. El mesero aceptó que Lama y su familia presentaran copias de sus tarjetas de vacunación en sus teléfonos.
La orden, anunciada hace dos semanas por el alcalde Bill de Blasio, busca convencer a más gente que se vacune, caso contrario no podrán participar de las atracciones que ofrece la ciudad: restaurantes, bares, gimnasios, conciertos y museos, entre otras.
Desde entonces, más de 300.000 personas se han aplicado al menos una dosis de vacuna, de acuerdo con datos municipales. Hasta la fecha, 5,2 millones de los 8,8 millones de habitantes tienen al menos una dosis, y casi 5 millones las dos.
“No queremos regresar a las restricciones”, dijo de Blasio en conferencia de prensa virtual el martes. “La clave de nuestro progreso es la vacunación”.
Las nuevas normas entraron en vigor el martes, pero su plena obligatoriedad comenzará el 13 de septiembre, cuando inicia el año escolar y se espera que más trabajadores retornen a las oficinas de Manhattan.
La iniciativa, llamada “Key to NYC Pass” y destacada por De Blasio como la primera en el país, es similar a los programas instaurados en Francia e Italia y que desataron fuertes protestas contra el gobierno.
Previamente, De Blasio había incentivado la vacunación con un pago de 100 dólares y firmó una medida que requiere la vacunación de los empleados del gobierno local para mediados de septiembre o tener que hacerse pruebas semanales de COVID-19. Pero bajo el esquema del nuevo pase, no será suficiente presentar un test negativo de COVID para acceder a los espacios cerrados.
Las tasas de infección han aumentado en todo el país. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han publicado recientemente unas directrices que recomiendan que incluso las personas vacunadas lleven mascarilla en los espacios cerrados en las zonas de EEUU donde la variante Delta está provocando un aumento de la infección.
(Con información de AP)
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