El secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, habló telefónicamente este jueves con el nuevo primer ministro de Haití, Ariel Henry, a quien enfatizó la importancia de establecer las condiciones necesarias para celebrar “tan pronto como sea viable” unas elecciones legislativas y presidenciales “libres y justas”.
En un comunicado, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dio cuenta de la conversación, en la que Blinken reiteró el compromiso de Washington de apoyar al pueblo de Haití tras el “atroz” asesinato del presidente de ese país, Jovenel Moise, ocurrido en la madrugada del pasado 7 de julio.
El jefe de la diplomacia estadounidense expresó además a Henry -quien asumió el cargo el martes, un día después de la renuncia del primer ministro interino, Claude Joseph- la necesidad de que “busque un amplio consenso político y de la sociedad civil sobre las prioridades del Gobierno”.
Por su parte, Blinken se refirió en su cuenta de Twitter al diálogo que sostuvo con el primer ministro haitiano y calificó como un “placer” haber conversado sobre cómo el Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, puede “apoyar a Haití para hacer frente a sus apremiantes desafíos”.
“Estados Unidos está comprometido a trabajar con el Gobierno de Haití para responder a las necesidades del pueblo haitiano y apoyar a las instituciones democráticas de Haití”, agregó el secretario de Estado.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció este jueves el nombramiento de Daniel Foote, un diplomático de carrera, como enviado especial para Haití, que tendrá el objetivo de “facilitar la paz y la estabilidad a largo plazo” en el país.
Price detalló que Foote tendrá que relacionarse con los socios haitianos e internacionales de Estados Unidos también para apoyar la celebración de unas elecciones presidenciales y legislativas “libres” y “justas” en Haití.
“También trabajará con los socios para coordinar los esfuerzos para la asistencia en varias áreas, incluidas la humanitaria y de seguridad”, dijo Price. Asimismo, Foote “trabajará con las partes interesadas de la sociedad civil y el sector privado para buscar soluciones lideradas por el propio Haití a los desafíos a los que se enfrenta el país”.
Durante su discurso de investidura el martes, Henry prometió impulsar un diálogo “sincero” con la oposición y con otros sectores de la sociedad civil para buscar una solución a la crisis desatada por el asesinato de Moïse.
Además, dijo que se centrará en crear las condiciones para la organización de las elecciones, que son “innegociables”.
En junio pasado, las autoridades electorales de Haití anunciaron que un referéndum para aprobar una nueva Constitución, un proyecto impulsado por Moïse, tendría lugar el próximo 26 de septiembre, en la misma fecha que las elecciones presidenciales y legislativas.
Este jueves se celebró una misa en la Catedral de Cap-Haitien, en el norte de Haití, en honor a Moise, cuyo funeral se celebrará mañana en esa ciudad.
“Se está derramando demasiada sangre en Haití”, dijo un sacerdote durante el servicio religioso en honor a Moïse, en tanto las autoridades advirtieron que habría más violencia antes del funeral.
El padre Jean-Gilles Sem habló ante decenas de personas que llevaban camisetas blancas decoradas con el retrato de Moïse. “Paren los asesinatos y secuestros”, dijo, y destacó que las poblaciones pobres son las más afectadas. “Estamos hartos”.
La catedral en Cabo Haitiano, en la costa norte de la isla, se llenó apenas hasta la mitad, y las autoridades advirtieron que podrían cancelar eventos previstos para las horas siguientes por temor a la violencia.
Partidarios de Moïse interrumpieron la misa con gritos y acusaciones de que la élite mató al presidente.
Un hombre que se identificó como John Jovie, que se encontraba con otros, dijo que habría más violencia si miembros adinerados de la élite de Puerto Príncipe asistían a las ceremonias.
“Les pedimos que no vengan al funeral”, dijo. “Si vienen, les cortaremos la cabeza. Sacaremos nuestras armas del escondite... Queremos justicia para Moïse”.
Por el momento, han sido arrestadas 26 personas por su supuesta implicación en el magnicidio y hay al menos siete policías “en aislamiento”, aunque no formalmente detenidos, por su presunta implicación en el caso.
(Con información de EFE, AP y Europa Press)
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