Las autoridades sanitarias de Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aclararon que no se requiere una nueva tercera dosis de la vacuna para evitar el coronavirus.
“Las personas que están completamente vacunadas están protegidas de enfermedades graves y la muerte, incluso de las variantes que circulan actualmente en el país, como Delta”, dijeron la FDA y los CDC en una declaración conjunta.
Los organismos de salud norteamericanos se mantienen revisando cualquier dato nuevo a medida que esté disponible “y mantendremos informado al público. Estamos preparados para dosis de refuerzo siempre y cuando la ciencia demuestre que son necesarias” indica el comunicado.
Los laboratorios tenían como plan llevar a cabo más estudios para que la FDA y CDC se pronuncien sobre la tercera dosis y determinen si permitirán la incorporación a los esquemas del mencionado refuerzo, y por supuesto, explicar cómo y cuándo aplicarlas en cada caso.
El pronunciamiento llegó de inmediato con el citado comunicado. Las autoridades federales le respondieron: los vacunados no requieren un refuerzo.
El gigante farmacéutico Pfizer junto a su socio alemán BioNTech publicaron datos iniciales hoy de un estudio preliminar sobre la aplicación de una tercera dosis de refuerzo para su vacuna contra el COVID-19 que originalmente cuenta con dos inyecciones espaciadas cada 3 semanas o 21 días.
Según anunció la compañía, el tercer componente, dado unos seis meses después de la segunda dosis, demostró que los títulos de neutralización observados son de cinco a diez veces más altos que los registrados con los dos inoculantes originales.
Según cree Pfizer, la evidencia del mundo real en Israel mostró una disminución en la eficacia conseguida unos seis meses después de que las personas fueron vacunadas por completo. Esto hizo que se plantearan la necesidad de estudiar posibles estrategias de dosis de refuerzo.
En un comunicado de prensa, alertaron: “Si bien la protección contra la enfermedad grave se mantuvo alta durante los seis meses completos, la disminución observada en la eficacia contra el COVID-19 asintomático a lo largo del tiempo y la aparición continua de variantes son factores clave que impulsan nuestra creencia de que probablemente será necesaria una tercera dosis de refuerzo para mantener los niveles más altos de protección”.
Incluso las compañías están trabajando en materiales con un plan para aprobar una nueva plataforma de construcción de la vacuna, pensada para la variante Delta, con vistas de comenzar nuevos ensayos clínicos en agosto.
El director de innovación médica de Pfizer, Mikael Dolsten, dijo en entrevista con la agencia de noticias The Associated Press que la solicitud formal ante el Gobierno estadounidense se hará en agosto.
“Para que los estadounidenses reciban una tercera dosis, las autoridades de salud pública tendrían que hacer esa determinación”, había dicho el doctor William Schaffner, experto en vacunas de la Universidad de Vanderbilt. Horas más tarde la FDA y los CDC dijeron en un comunicado que no juzgaban pertinente vacunar.
“Las vacunas fueron diseñadas para que no terminemos en el hospital” y han seguido brindando esa protección frente a la variante delta. Inyectar a un gran número de personas con una tercera dosis representaría sería “un gran esfuerzo, cuando apenas nos esforzamos para que las personas reciban la primera dosis”, expresaron.
Actualmente el 48% de la población de Estados Unidos está completamente vacunada, y como en algunas partes del país las tazas de inmunización son mucho más bajas, esto ha provocado que haya zonas que están volviendo a la normalidad mientras que en otras aumentan las hospitalizaciones, según lo expresó la directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky.
La tasa de contagios en Estados Unidos ha aumentado en las últimas semanas, el porcentaje de personas hospitalizadas también ha subido un 7% en los últimos siete días, según cifras oficiales.
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