Amistades con el poder, donaciones millonarias y muchas excepciones: cómo se construyó el edificio que se derrumbó en Miami

El líder del proyecto Champlain Towers y sus socios fueron blanco de críticas y demandas, pero su cercanía con las autoridades de Surfside en los años 70 y 80 les permitió seguir adelante con un negocio multimillonario

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Nathan Reiber, el magnate inmobiliario
Nathan Reiber, el magnate inmobiliario que impulsó la construcción de los condominios Champlain Towers

El condominio Champlain Towers de Surfside, que recientemente sufrió el trágico derrumbe de uno de sus edificios, fue beneficiario de varias excepciones en las décadas de 1970 y 1980 que le permitieron a su desarrollador inmobiliario, Nathan Reiber, seguir adelante con su anhelado proyecto e impulsar su carrera como magnate de los bienes raíces.

En 1979, Reiber comenzó la construcción del Champlain Towers South con su empresa Nattel Construction y Champlain Towers South Associates, una sociedad de 15 compañías que ostentaban cada una entre 4,17% y 12,5% del proyecto. Él y sus dos socios, Nathan Goldlist y Mendel Tennabaum, adquirieron los Sutton Park Apartments, que luego fueron demolidos, a una empresa de las Antillas Holandesas por 4.1 millones de dólares. Para ello, solicitaron préstamos de USD 9 millones al Toronto Dominion Bank y otro de USD 43 millones al Florida Fidelity Financial.

En aquel entonces, los magnates inmobiliarios estaban acostumbrados a obtener lo que querían de las autoridades. De hecho, el mismo año en que comenzó el proyecto se detectaron problemas en el sistema de alcantarillado de Surfside y se declaró una moratoria a la construcción. Los impulsores del Champlain Towers pagaron USD 200.000, la mitad del costo de los arreglos, y siguieron adelante con la edificación.

Así era por dentro el
Así era por dentro el edificio que se derrumbó

Según el diario Miami Herald, las autoridades de Surfside recibieron donaciones de Champlain Towers para favorecer su construcción en detrimento de otros proyectos. Cuando el condominio fue notificado de que debía detener la construcción dado que el penthouse de la torre superaba el límite de 12 pisos de la ciudad, el concejo municipal se reunió y aprobó la continuación de las obras.

En 1980, una grúa se cayó y dejó tres heridos. Sin embargo, el accidente no frenó el proyecto. El edificio Champlain Towers South se terminó en 1981 y, meses después, el Champlain Towers North.

Con las dos primeras torres construidas, se iniciaron las obras de una tercera, pero los dueños de Champlain abandonaron las obras de un día para el otro dejando columnas sin terminar y pozos revestidos de hormigón. Por tal motivo, Reiber y sus socios fueron demandados por East Arm Excavating y otra empresa llamada 1st International Group.

Vista desde uno de los
Vista desde uno de los edificios de Champlain Towers

En los años 80, se sumaron más demandas contra Reiber y personas vinculadas a las torres. Una de ellas fue de Jeffrey Miller & Associates, en 1982, por un problema de contrato y endeudamiento. Su director, Jeffery Howard, reveló que las autoridades de Surfside estaban satisfechas con Reiber por haber edificado una urbanización de lujo en la ciudad.

Ante las presiones y demandas, Champlain y otras empresas decidieron continuar con los proyectos en Surfside. En 1988, aún se vislumbraban grandes agujeros vacíos que se habían excavado para los cimientos. La ciudad instó a los urbanizadores a que terminaran sus proyectos ya que, si no lo hacían, tendrían que devolverlos a su estado natural y abonar 200.000 dólares cada uno.

Reiber y sus socios decidieron retomar las obras en 1988. Un año después, un periodista del Miami Herald denunció que la obra en Champlain East estaba llena de bidones de aceite, restos de construcción “y charcos de agua que atraen a los mosquitos en los huecos de los ascensores y las excavaciones de las piscinas”.

Así quedo uno de los
Así quedo uno de los edificios tras el derrumbe el pasado 24 de junio. EFE/Cristóbal Herrera

Los vecinos de Surfside no querían saber nada con la continuación de las obras y solicitaron a las autoridades de la ciudad que prohibieran el proyecto. Pero el concejal Ben Levine defendió a Reiber: “¿Qué mejor manera de rellenar un agujero sucio y feo que con un hermoso edificio que aporte 100.000 dólares (en impuestos sobre la propiedad) y más a la ciudad de Surfside?”, afirmó.

Con tres votos a favor y dos en contra, Reiber recibió la autorización para seguir adelante apenas consiguiera un permiso de construcción costera del Departamento de Recursos Naturales.

Tras el el aval para edificar más cerca del límite de la propiedad de lo que establecía la ley, en 1995 Champlain Towers East, la tercera torre, finalmente estaba terminada. Nathan Reiber falleció 19 años después.

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