Donald Rumsfeld, jefe del Pentágono en los gobiernos de Gerald Ford y de George W. Bush y arquitecto de las guerras en Irak y Afganistán, murió a los 88 años de edad en el estado de Nuevo México, anunció el miércoles su familia.
“La historia lo podrá recordar por sus extraordinarios logros durante seis décadas de servicio público, pero quienes lo conocimos mejor (...) recordaremos su inquebrantable amor por su esposa Joyce, su familia y amigos y la integridad de una vida dedicada a su país”, dijeron sus familiares en un comunicado.
La causa de muerte fue un mieloma múltiple, un tipo de cáncer de médula ósea que afecta a las células plasmáticas y que suele aparecer en personas de edad avanzada, dijo un portavoz de la familia, Keith Urbahn, al diario The New York Times.
Rumsfeld dirigió el Pentágono entre 1975 y 1977, con el republicano Gerald Ford como presidente, y de nuevo entre 2001 y 2006, cuando Bush estaba en el poder. En ese segundo periodo, supervisó la invasión de Afganistán en 2001, que dio comienzo a la guerra más larga de la historia de Estados Unidos, y después la de Irak en 2003.
El ex mandatario George W. Bush expresó este miércoles su dolor por la muerte de Rumsfeld, a quien recordó como “un hombre de inteligencia, integridad y energía casi inagotable”, que “nunca palideció ante decisiones difíciles”. Y agregó que “Estados Unidos es más seguro” gracias a Donald Rumsfeld. “Estamos de luto por un funcionario ejemplar, un hombre muy bueno”, afirmó en un comunicado.
Nacido el 9 de julio de 1932, Rumsfeld se licenció en ciencias políticas en la Universidad de Princeton. Es la única persona que ha sido dos veces jefe del Pentágono. La primera vez, en 1975-77, fue el más joven de la historia. La segunda vez, entre 2001 y 2006, fue el más veterano.
Durante sus años en el Pentágono, Rumsfeld también se centró en reformar el ejército estadounidense para que se adaptara mejor a los desafíos de la era posterior a la Guerra Fría. Pero el conflicto en Irak finalmente le costó su puesto en 2006, a la edad de 74 años. “Me viene a la mente la declaración de Winston Churchill, algo en el sentido de que me he beneficiado enormemente de las críticas y en ningún momento he sufrido una falta de ellas”, dijo al retirarse.
En 1988 se presentó brevemente a la candidatura presidencial por el Partido Republicano, un fracaso que él mismo describió como una humillación para un hombre acostumbrado a triunfar en los niveles más altos del gobierno, incluyendo los periodos de representante en el Congreso (1963-69), luego embajador de Estados Unidos ante la OTAN (1973-1974) y jefe de gabinete de la Casa Blanca de Ford (1974-75).
A pesar de todos los logros de Rumsfeld, fueron los contratiempos en Irak en el ocaso de su carrera los que probablemente marcarán los rasgos más vivos de su legado.
Con información de AFP, AP y EFE
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