De a poco todo empieza a reabrir y la pandemia parecería empezar a quedar atrás. Con altos números de vacunación y consecuentes bajas cifras de contagios de COVID-19, hasta los estados que más se resistieron a una reapertura de la economía, como California, dejan las restricciones detrás. Y eso implica que muchos regresan a las oficinas, aunque no todos. Hay miles de estadounidenses que están renunciando a sus empleos.
En el punto más complicado de la pandemia, el riesgo era quedarse sin empleo. Y de hecho se calcula que 7,7 millones de estadounidenses perdieron su trabajo durante el pico de COVID-19 y sus consecuentes cierres de comercios y oficinas.
Según el departamento de trabajo, un 2,7% de los empleados del país renunció a sus empleos en el mes de abril de este año. Esta es la cifra más alta en los 20 años que el gobierno lleva analizando esta estadística, y un salto substancial del 1,6% que había dejado voluntariamente sus empleos en el mismo mes de 2020.
Pese a las altas cifras de desempleo, que para el mes de mayo fue del 5,5%, evidentemente muchos estadounidenses se sienten confiados de poder encontrar mejores oportunidades laborales. Las renuncias no están ocurriendo en cualquier tipo de empleo, sino en trabajos que se consideran calificados específicamente, mientras que el desempleo se está dando en industrias más informales como aquellos que trabajan en servicios.
Si bien es cierto que muchos se están yendo de sus trabajos por conseguir mejores oportunidades, otros simplemente están tomando la decisión por una cuestión de calidad de vida.
Según expertos en relaciones laborales, la pandemia demostró que las personas pueden trabajar de manera remota. Esto hace que ahora, cuando muchas empresas empiezan a exigir la vuelta a las oficinas, no todos estén dispuestos a hacerlo.
Además, está el factor de poder elegir donde vivir. El trabajo remoto demostró que ya no es necesario vivir en grandes urbes porque allí se concentran las oportunidades laborales.
Y el otro factor que se destaca en este fenómenos es que hubo muchas personas que durante la pandemia, por no poder salir de sus hogares, ahorraron mucho dinero. Con esos colchones financieros, al parecer, algunos estadounidenses se están dando el lujo de dejar de trabajar al menos por un tiempo.
Una encuesta realizada por Prudential Financial Pulse indica que 1 de cada 4 trabajadores en el país planean dejar sus actuales trabajos en busca de mejores oportunidades. Para el estudio consultaron a 2.000 trabajadores calificados en trabajos profesionales que, en su gran mayoría, han trabajado de manera remota durante la pandemia.
Según el mismo estudio, el trabajo remoto además da una menor sensación de pertenencia a la empresa, y crea menos vínculos con colegas, facilitando el proceso de cambio de un empleo a otro.
Del 26% de los trabajadores que indican que piensan en dejar su trabajo, según el estudio, el 80% dice hacerlo porque tienen dudas acerca del crecimiento en su carrera que les ofrecerá su actual posición laboral. El 72%, además, declaró que la pandemia los hizo replantearse su situación laboral. Más de la mitad de aquellos que piensan dejar sus trabajos afirmaron que utilizaron el tiempo libre en la pandemia para capacitarse con cursos en línea, que ahora los hacen más competitivos en el mercado.
Entre lo que buscan en un nuevo empleo, además de beneficios económicos, se destaca la flexibilidad laboral -que incluye no cumplir horarios fijos y no tener que ir físicamente a diario a una oficina-.
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