El presidente estadounidense, Joe Biden, llegó este martes a la ciudad suiza de Ginebra, para reunirse con su par ruso, Vladimir Putin. El encuentro, que pretende alivianar las tensas relaciones entre las dos naciones, está previsto para este miércoles.
La primera reunión entre los mandatarios de ambos países desde 2018 se llevará a cabo después del encuentro de Joe Biden con sus aliados más cercanos del G7 y la OTAN. Antes de su llegada a Ginebra, el presidente de Estados Unidos dejó clara su intención de reducir las fricciones generadas por su predecesor Donald Trump con el presidente de Rusia.
Sin embargo, el mandatario norteamericano dijo que explicará a Putin cuáles son las “líneas rojas” que no debe cruzar y condenó las “acciones agresivas” de Rusia en Ucrania.
“No busco un conflicto con Rusia, pero responderemos si Rusia continúa sus actividades dañinas”, apuntó el líder norteamericano
El presidente Joe Biden arribó a Ginebra cerca de las 16:23 hora local a bordo del avión presidencial Air Force One. Fue recibido por el presidente suizo, Guy Parmelin, y otras autoridades locales.
Al menos 4.000 policías, militares y otros agentes de seguridad se movilizaron para asegurar de que todo se desarrollará sin contratiempos.
Desde hace más de una semana, la Villa La Grange y el adyacente parque, donde Joe Biden y Vladimir Putin deben encontrarse durante unas horas el miércoles, están rodeados por unas barreras metálicas rematadas por alambres. El último encuentro de Putin con un mandatario estadounidense tuvo lugar en julio de 2018 en Helsinki, con Trump al frente de la primera potencia mundial.
Tensión Histórica
La cumbre que mañana protagonizarán en Ginebra el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de Rusia, Vladimir Putin, definirá si algún tipo de diálogo entre ambas potencias es posible, como lo fue en 1955 o en 1985, momentos de gran tensión y de múltiples amenazas mutuas, incluyendo la nuclear, que aunque no se resolvieron, sí se apaciguaron en esta misma ciudad, conocida por ser la capital de la paz.
Ginebra, la principal ciudad de habla francesa de Suiza, es vista con agrado por rusos y estadounidenses, que están muy acostumbrados a encontrarse en estas tierras, sea para discretas discusiones o para negociaciones políticas al más alto nivel, como las que les permitieron avanzar en cuestiones de desarme, cerrar el tratado nuclear con Irán o acordar la eliminación de las armas químicas que poseía Siria.
La serie de encuentros políticos ruso-estadounidenses en la historia contemporánea se remonta a 1955, cuando el presidente de EEUU, Dwight Eisenhower, se reunió con el líder ruso Nikolai Bulganin en el contexto de una cumbre en la que también participaban los primeros ministros del Reino Unido y Francia, les decir, todos los aliados con los que EEUU había ganado la Segunda Guerra Mundial diez años antes.
Esas conversaciones fueron influidas por el objetivo común de reducir las tensiones internacionales y mejorar la seguridad mundial.
30 años después, los presidentes Ronald Reagan y Mijail Gorbachov mantuvieron una serie de reuniones a lo largo de las cuales la atmósfera se fue relajando y las miradas desconfiadas del inicio fueron reemplazadas por imágenes de conversaciones en la que ambos sonreían relajadamente.
Si ambos líderes se reunieron en ese entonces en una mansión construida dentro de un parque de más de 80.000 metros cuadrados con vistas a los Alpes, Biden y Putin escogieron un espacio similar: la Villa La Grange, ubicada en el parque del mismo nombre, el mayor de Ginebra y clasificado como monumento histórico.
(Con información de AFP)
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