La NASA regresará a Venus, donde la temperatura alcanza los 470°: ¿encontrarán vida?

El organismo estadounidense ha seleccionado dos misiones, DAVINCI+ y VERITAS, para estudiar el mundo “habitable perdido” de Venus. Cada misión recibirá unos 500 millones de dólares para su desarrollo y se espera que ambas se lancen entre 2028 y 2030

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Venus esconde una gran cantidad
Venus esconde una gran cantidad de información que podría ayudarnos a comprender mejor la Tierra y los exoplanetas (Foto: NASA)

La NASA ha seleccionado dos misiones, denominadas DAVINCI+ y VERITAS, para estudiar el mundo “habitable perdido” de Venus. Cada misión recibirá unos 500 millones de dólares para su desarrollo y se espera que ambas se lancen entre 2028 y 2030.

Durante mucho tiempo se pensó que no había vida en Venus, debido a sus altísimas temperaturas. Pero a finales del año pasado, los científicos que estudian la atmósfera del planeta anunciaron el sorprendente (y algo controvertido) descubrimiento de fosfina. En la Tierra, esta sustancia química es producida principalmente por organismos vivos.

La noticia suscitó un renovado interés por el “gemelo” de la Tierra, lo que llevó a la NASA a planificar misiones de última generación para observar más de cerca el entorno planetario de Venus, que podría insinuar condiciones de vida.

Condiciones para la vida

Telescopio Hubble
Telescopio Hubble

Desde que el telescopio espacial Hubble reveló el gran número de galaxias cercanas, los astrónomos se han obsesionado con la búsqueda de exoplanetas en otros sistemas estelares, especialmente los que parecen habitables.

Pero hay ciertos criterios para que un planeta se considere habitable. Debe tener una temperatura adecuada, una presión atmosférica similar a la de la Tierra y agua disponible.

En este sentido, Venus probablemente no habría llamado mucho la atención si estuviera fuera de nuestro sistema solar. Sus cielos están llenos de espesas nubes de ácido sulfúrico (que es peligroso para los humanos), la tierra es un desolado telón de fondo de volcanes extintos y el 90% de la superficie está cubierta de flujos de lava al rojo vivo.

A pesar de ello, la NASA buscará en el planeta condiciones ambientales que puedan haber albergado vida en el pasado. En particular, cualquier prueba de que Venus pudo haber tenido un océano cambiaría todos nuestros modelos actuales del planeta.

Y, curiosamente, las condiciones de Venus son mucho menos duras a una altura de unos 50 km sobre la superficie. De hecho, la presión a estas alturas se reduce tanto que las condiciones son mucho más parecidas a las de la Tierra, con aire respirable y temperaturas agradables.

Si existe vida (en forma de microbios) en Venus, probablemente sea aquí donde se encuentre.

La sonda DAVINCI+

Bill Nelson, administrador de la
Bill Nelson, administrador de la NASA (Foto: REUTERS/Al Drago)

La misión DAVINCI+ (Deep Atmosphere Venus Investigation of Noble gases, Chemistry, and Imaging) de la NASA tiene varios objetivos científicos, relacionados con:

-Origen y evolución de la atmósfera

Su objetivo es comprender los orígenes atmosféricos de Venus, centrándose en cómo se formó por primera vez, cómo evolucionó y cómo (y por qué) es diferente de las atmósferas de la Tierra y Marte.

-Composición atmosférica e interacción superficial

Se trata de comprender la historia del agua en Venus y los procesos químicos que tienen lugar en su atmósfera inferior. También se intentará determinar si Venus tuvo alguna vez un océano. Dado que la vida en la Tierra comenzó en nuestros océanos, este sería el punto de partida en cualquier búsqueda de vida.

-Propiedades de la superficie

Este aspecto de la misión proporcionará información sobre las regiones de teselas geográficamente complejas de Venus (que tienen un terreno muy deformado), e investigará sus orígenes y su historia tectónica, volcánica y de meteorización.

Estos hallazgos podrían arrojar luz sobre cómo Venus y la Tierra comenzaron de forma similar y luego divergieron en su evolución.

La nave espacial DAVINCI+, al llegar a Venus, dejará caer una sonda esférica llena de instrumentos sensibles a través de la atmósfera del planeta. Durante su descenso, la sonda tomará muestras del aire, midiendo constantemente la atmósfera mientras cae y devolviendo las mediciones a la nave espacial en órbita.

La sonda llevará un espectrómetro de masas, que puede medir la masa de diferentes moléculas en una muestra. Esto se utilizará para detectar cualquier gas noble u otros gases en la atmósfera de Venus.

Los sensores en vuelo también ayudarán a medir la dinámica de la atmósfera, y una cámara tomará imágenes de alto contraste durante el descenso de la sonda. Sólo cuatro naves espaciales han devuelto imágenes de la superficie de Venus, y la última foto de este tipo se tomó en 1982.

VERITAS

Ilusración de un volcán en
Ilusración de un volcán en Venus

Por su parte, la misión VERITAS (Venus Emissivity, Radio Science, InSAR, Topography, and Spectroscopy) cartografiará las características de la superficie para determinar la historia geológica del planeta y comprender mejor por qué se desarrolló de forma tan diferente a la Tierra.

La geología histórica proporciona información importante sobre los antiguos cambios climáticos, las erupciones volcánicas y los terremotos. Estos datos pueden utilizarse para anticipar la posible magnitud y frecuencia de futuros acontecimientos.

La misión también tratará de comprender la geodinámica interna que dio forma al planeta. En otras palabras, podremos construir una imagen de los movimientos de las placas continentales de Venus y compararla con la de la Tierra.

Paralelamente a DAVINCI+, VERITAS tomará imágenes topográficas de alta resolución de la superficie de Venus en todo el planeta, cartografiando las características de la superficie, incluyendo montañas y valles.

Al mismo tiempo, el instrumento Venus Emissivity Mapper (VEM) a bordo de la nave espacial en órbita VERITAS cartografiará las emisiones de gas de la superficie, con tal precisión que podrá detectar el vapor de agua cercano a la superficie. Sus sensores son tan potentes que podrán ver a través de las espesas nubes de ácido sulfúrico.

Una visión clave de las condiciones de Venus

Lo más emocionante de estas dos misiones es la sonda órbita-superficie. En la década de 1980, cuatro módulos de aterrizaje llegaron a la superficie de Venus, pero sólo pudieron operar durante dos días debido a la presión aplastante. La presión allí es de 93 bares, que es lo mismo que estar a 900 metros bajo el nivel del mar en la Tierra.

Luego está la lava. Muchos flujos de lava en Venus se extienden por varios cientos de kilómetros. Y la movilidad de esta lava puede verse favorecida por la temperatura media de la superficie del planeta, de unos 470°C.

Por su parte, los volcanes escudo” de Venus tienen una impresionante anchura de 700 km en la base, pero sólo unos 5,5 km de altura de media. El mayor volcán en escudo de la Tierra, el Mauna Loa de Hawai, sólo tiene 120 km de ancho en su base.

La información obtenida con DAVINCI+ y VERITAS proporcionará una visión crucial no sólo de cómo se formó Venus, sino de cómo se forma cualquier planeta rocoso y con vida. En el mejor de los casos, esto nos dotará de valiosos marcadores para la búsqueda de mundos habitables fuera de nuestro sistema solar.

Nota originalmente publicada en The Conversation

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