La comisión de conservación de peces y vida silvestre de la Florida realizó un reporte de la vida marina de las costas de la Florida y encontró que entre el 1 de enero y el 28 de mayo de 2021 fallecieron 761 manatíes, una cifra alarmante si se considera que es un número cercano al récord de 804 manatíes registrados muertos en todo 2018 y muy por encima de las 637 vidas perdidas en todo 2020.
Según los expertos, esta trágica tendencia se debe al aumento de la contaminación en las aguas de la Florida. A modo de ejemplo se cita la filtración de 215 millones de galones de agua contaminada con fertilizantes proveniente de una fábrica abandonada sobre la bahía de Tampa.
Las aguas contaminadas con productos químicos y deshechos humanos generan una producción extra de algas. Esas algas bloquean el paso de la luz y esto no permite que crezcan plantas subacuáticas que son el alimento principal de los manatíes. Se han perdido miles de acres de la vegetación subacuática, particularmente en lo que se conoce como la laguna Indian River, un estuario de 150 millas a lo largo de la costa atlántica. Se calcula que el 58% del sistema vegetal de la laguna ha desaparecido desde el 2009.
Además de los manatíes muertos, los expertos indican que han podido observar cómo la comunidad animal existente estaba desnutrida, con lo que prevén que el fenómeno seguirá. Se calcula que en promedio los animales perdieron un 40% de su peso.
El instituto nacional oceánico y atmosférico ha declarado el fenómeno como un evento de mortalidad inusual. Al entrar en esta categoría se abre la puerta para que el gobierno federal envíe dinero y recursos para combatir el problema.
Los grupos conservacionistas de la Florida se han dado a la tarea de rescatar manatíes. En lo que va del año, 89 animales han sido llevados a cautiverio para mejorar su estado de salud. La intención es devolverlos a la vida silvestre apenas recuperen su peso.
Los manatíes son considerados una especie “en peligro” desde hace décadas, según el servicio nacional de peces y vida silvestre. Pero por una decisión controversial (y políticamente motivada), en 2017 se cambió su categorización a “en amenaza”. Una sutil diferencia que hace que se recortaran fondos de programas de prevención para la extinción de la especie. Se espera que con los altos números de muertes, sumado a la clasificación del evento como mortalidad inusual, se vuelva a considerar a los manatíes una especie “en peligro de extinción”.
La alta mortalidad de manatíes afecta a todo el ecosistema de la Florida. Las algas que causan la muerte de las plantas afectan no solo a esta especie. Además, este mamífero es uno de los animales predominantes de la vida marina de las costas de Florida, y la disminución en el número de ejemplares afecta a otros seres vivos.
“Las rayas se alimentan de estas mismas plantas, al igual que las tortugas. Esto genera una cadena donde diferentes especies de peces se ven afectada. Cada ejemplar que entra en problemas conlleva a otros a ver su ecosistema afectado, generando un caos en la cadena alimentaria. Cuando el sistema colapsa, las cosas se ponen muy mal”, explicaba a la prensa Patrick Rose, director ejecutivo del Club Salvemos a los Manatíes, una organización sin fines de lucro establecida en 1981.
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