El calentamiento global está llevando a un aumento en el nivel de los mares. Ciudades costeras, como Miami, quedan expuestas a ver buena parte de sus calles bajo el agua. Se espera que para 2070, el nivel del mar crezca entre medio metro y un metro. En Miami, actualmente, el nivel del mar aumenta cinco centímetros por año. El problema es real.
Algunas de las propuestas para evitar que esto ocurra, o siga ocurriendo, incluyen la construcción de una pared que haga de barrera.
El gobierno federal de los Estados Unidos está intentando ser proactivo frente a los problemas que el calentamiento global generará en su país en los próximos años. Uno de los principales conflictos tiene que ver con el aumento del nivel de los mares debido al deshielo en los polos, que hace que el agua gane terreno sobre la tierra, provocando inundaciones.
Ciudades costeras como Miami, están expuestas a que esto ocurra. De hecho, las inundaciones son cada vez más frecuente. Y si bien la ciudad tiene sus propios proyectos -que incluyen una serie de bombas que extraen el agua constantemente y un bono de 200 millones de dólares para infraestructura que permita la llamada adaptación climática-, el gobierno federal tiene un rol fundamental.
Tres años atrás, bajo iniciativa del gobierno en Washington se llevó a cabo un estudio para indicar qué se podía hacer para evitar estas inundaciones. La respuesta la dio el cuerpo de ingenieros del ejército: construir una pared de más de 6 metros de alto en la bahía de Biscayne -o en paralelo a ella- que sirva de barrera frente al agua. ¿El problema? No todos quieren que esto ocurra, entre otras cosas, porque taparía parte de la vista de Miami Dade, uno de los grandes atractivos de la zona.
Según el proyecto, serían cerca de 10 kilómetros de muro, en su mayoría dentro de la ciudad en paralelo a la bahía, a excepción de un tramo de un kilómetro y medio a la altura del centro financiero de la ciudad, Brickell, donde se construiría directamente en el agua.
El proyecto costaría 6 mil millones de dólares y, de realizarse, sería recién en cinco años.
Está claro que un muro no resolvería las causas de lo que está generando el aumento del nivel del agua, pero sería una solución a la consecuencia, que son las inundaciones.
Mientras este mega-proyecto se debate, la ciudad de Miami toma algunas medidas de menor escala. Por ejemplo, en los últimos años se modificaron los estándares de construcción para los barrios linderos a la bahía de Biscayne, aumentando el requisito de elevar las construcciones. Otras son tan sencillas como incentivar la plantación de árboles. En Miami se plantaron 4 mil árboles el año pasado. Cada árbol, una vez que crecen, puede absorber 100 galones de agua por día, ayudando con el problema de las inundaciones.
La situación del aumento del nivel del agua es preocupante y, al menos hasta ahora, parece inevitable. Pero más allá de este problema que llevará años, Miami ya está enfrentando un conflicto con las inundaciones. Cada vez que llueve, zonas costeras como Brickell y Miami Beach, el agua acumulada puede durar días. Aquí no se trata de creer si este problema llegará, sino en encontrar una manera de evitar lo que ya se está viviendo.
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