En septiembre de 1972 un brazo humano en estado de descomposición apareció en un complejo de apartamentos en Springfield (New Jersey - Estados Unidos). Había sido llevado hasta allí por un perro callejero que lo cargaba entre sus dientes. Habían pasado seis semanas desde que una joven, Jeannette DePalma, desapareciera sin dejar rastro, y ese brazo, era la primera pista de un crimen que hasta hoy no ha sido resuelto.
Ante el escalofriante hallazgo, la policía local logró rastrear lo que quedaba del cuerpo, que en efecto era de la joven desaparecida el 7 de agosto de 1972, apenas cuatro días después de cumplir 16 años.
Ese día, Jeannette salió de casa para tomar un tren y visitar una amiga que vivía en Summit (New Jersey), un municipio cercano a Springfield, donde ella vivía, pero nunca llegó a la estación.
¿Qué pasó con ella? ¿quién la mató? Y, ¿cómo llegó su cuerpo a la cima de la imponente formación rocosa donde fue encontrado? Son preguntas que medio siglo después de ocurridos los hechos todavía no tienen respuestas, aunque las teorías no han sobrado.
¿Víctima de un culto satánico?
Jeannette provenía de una familia cristiana y sus amigos la conocían por su devoción a su fe. La casa de su familia estaba en Clearview Road, en un vecindario montañoso de clase media y alta de Springfield.
Su muerte ocurrió en los años de pleno apogeo en Estados Unidos del movimiento de Jesús, un culto cristiano evangélico cuyos miembros se denominaban “fanáticos de Jesús” y testificaban haber tenido experiencias sobrenaturales similares a las de los apóstoles, como hablar en lenguas y la capacidad de realizar milagros. Eran entonces tiempos de efervescencia religiosa, algo que enrareció el ambiente alrededor del caso de Jeannette, a quien señalaban de haber sido víctima de cultos satanistas.
Con la falta de respuestas concretas, las teorías han abundado durante décadas, desde un sacrificio ritual satánico hasta un aquelarre de brujas que practican magia negra.
Los titulares de la prensa y las primeras declaraciones policiales también contribuyeron al pánico satanista que se tomó el país. “¿Niña sacrificada en el rito de las brujas?” y “Símbolos ‘ocultos’ que supuestamente rodeaban el cuerpo” aparecían en grandes letras de imprenta en los periódicos locales y nacionales.
Según declaraciones de la época, la policía dijo que alguien había colocado cruces junto a la cabeza de la niña y había usado ramas para hacer un contorno similar a un ataúd alrededor de su cuerpo.
Declaraciones de testigos cuando se encontró el cadáver también hablaban de que a su alrededor habían construido un perímetro con forma de ataúd hecho con ramas y troncos caídos, en su interior también había pequeñas cruces improvisadas de madera.
Otros vecinos del sector dijeron que debajo del cuerpo habían pintado un pentagrama y que junto a él también había restos de animales mutilados. La policía incluso trajo a una bruja al sitio para inspeccionar en busca de signos de lo oculto. Que la colina donde hallaron a Jeannette se conociera como “The Devil’s Teeth” (“Los Dientes del Diablo”), también contribuía a darle fuerza a estas teorías.
Pero a pesar de toda la atención y los recursos dedicados a su muerte, las autoridades nunca pudieron resolver el misterio que está pronto a cumplir 50 años.
Primeros sospechosos
Parte de las razones por las que en su momento nunca se pudieron esclarecer las extrañas circunstancias de la muerte fue porque la autopsia al cuerpo de Jeannette no fue concluyente.
Jeannette fue identificada a través de registros dentales porque su cuerpo estaba muy descompuesto, según el informe del médico forense. Su cuerpo estaba tan descompuesto que no se pudo realizar una autopsia. Sin embargo, se tomaron radiografías de su cráneo y no hubo evidencia de fracturas, agujeros de bala o lesiones traumáticas. Tampoco habían drogas en su interior.
Según el informe del laboratorio de criminalística del FBI del 3 de enero de 1973, los funcionarios probaron la ropa de Jeannette, incluida su blusa, pantalones y ropa interior, así como la tierra de la escena, y los compararon con los pelos recogidos del cajón de su tocador y en su cuerpo.
El análisis microscópico y químico del FBI encontró que no se encontraron “pelos extraños aparentes” entre la ropa de Jeannette.
Lo que sí encontraron fue una alta cantidad de plomo en su organismo, algo a todas luces inusual, porque además la posible causa de muerte se estableció como “estrangulamiento”.
Entre la lista de sospechosos del crimen se incluyó a un indigente que vivía en el bosque cercano a donde fue encontrado el cuerpo y conocido como “Red”, de quien se dijo huyó del lugar después de que apareció la joven muerta, sin embargo la Fiscalía terminó descartando su participación.
Lo mismo pasó con la teoría del reverendo James Tate, pastor evangélico de la familia DePalma, quien dijo tener una revelación acerca de la menor, indicando que podría ser adicta a las drogas y su muerte pudo ser producto de una sobredosis. Pero jamás se estableció dicha conexión con los hechos.
La cantidad de pistas que no llevaban a ninguna parte terminaron haciendo que las investigaciones se detuvieran y el caso quedó abandonado.
Por ese tiempo otra teoría impulsada por medios locales como The Star-Ledger y The New York Daily, señalaban a “un aquelarre de brujas” cuyo centro de operaciones estaba en la Reserva de Watchung, muy cerca del lugar de los hechos, pudo haber sido el responsable del crimen.
Los medios también ligaron el caso a los asesinatos perpetrados por John List, un año antes de que se conociera el caso de Jeannette. List había matado a su esposa, su madre y sus dos hijos, disparándose en la cabeza a cada uno. Luego cuando fue capturado en 1989 declaró que hizo lo que hizo para “enviar con Dios” a su familia.
Estos crímenes incrementaron la zozobra en la población e hicieron que por años las versiones del culto satanista que estaba detrás de la violencia en New Jersey fueran cada vez menos refutadas.
50 años después
Si bien el caso de Jeannette nunca fue resuelto, está lejos de haber quedado en el olvido. Hoy son varias las personas que por sus propios medios han investigado el asesinato tratando de responder las incontables preguntas que se acumulan tras medio siglo de haber ocurrido.
Algunas se han logrado resolver, pero solo para abrir la puerta a otras nuevas.
Ed Salzano es uno de ellos. Este hombre que hoy tiene 58 años y que apenas tenía 10 cuando murió DePalma, es uno de los más fervientes defensores de la joven, y todavía pide justicia por su caso.
Él demandó en 2019 al Condado de la Unión en New Yersey para que se hicieran las pruebas de ADN a la ropa de la joven, algo que según su propia investigación nunca se hizo.
“Pregunté si se realizaría una prueba de ADN en la ropa de Jeannette y me dijeron ‘NO’”, afirma la demanda.
Así como él, los periodistas de la revista Weird NJ, también se dieron a la tarea de investigar el caso después de que en 2004 publicaran la historia por una serie de correos que llegó a su redacción.
Mark Moran, editor y cofundador del medio, tomó la cruzada a título personal y escribió en numerosos reportajes detalles sospechosos e inéditos sobre el asesinato. En conjunto con Jesse P. Pollack, uno de los corresponsales de la revista, coescribieron y publicaron en 2015 el libro “Death on the Devil’s Teeth: The Strange Murder That Shocked Suburban New Jersey” (“Muerte en los Dientes del Diablo: el extraño asesinato que conmocionó a los suburbios de Nueva Jersey”).
Una de las revelaciones de ese libro es una admisión por parte de la policía de que habían perdido o destruido el archivo del caso a causa de las inundaciones provocadas por el huracán Floyd en 1999. Una versión no dejó satisfechos a los autores.
En el libro también se descubrieron varias pruebas en torno a un posible encubrimiento de la muerte de la menor, así como se barajó la conexión de la muerte de Jeannette con otros crímenes sin resolver.
El último capítulo de esta implacable búsqueda por la verdad tuvo lugar a principios de este año, cuando la revista Weird NJ logró por fin tener acceso al archivo del caso de Jeannette, el mismo que la policía dijo que se había perdido en 1999.
En ese revisión, la revista afirma que los informes policiales desestiman la intervención de un culto satánico en la muerte de la joven. Dicen que las cruces, la estrella, el ataúd, los animales muertos, y todos los demás indicios de un sacrificio satánico, en realidad no estaban en la escena del crimen, y en fotos publicadas por el portal se evidencia esto.
Otro descubrimiento importante es la referencia al bolso de la víctima, el cual habrían robado junto con sus papeles de identidad y dinero, pero cuyo contenido quedó esparcido en el lugar de los hechos. También hacen referencia a un frasco con una “sustancia desconocida” que estaba entre las pertenencias de Jeannette.
En últimas, el informe resuelve una parte del misterio, aquella que involucra presuntos actos de satanismo, pero no sigue sin arrojar luz sobre el verdadero motivo de la muerte de la joven, y sobre todo, sobre el aparente interés de las autoridades en dejar morir el caso y mentir sobre la existencia del archivo.
Hasta ahora esas preguntas no tienen respuesta, pero los investigadores que han adoptada como propia la causa de llevar verdad y justicia al tenebroso caso de Jeannette prometen no darse por vencidos.
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