Hasta ahora, la administración federal de los Estados Unidos viene procesando un máximo de 35 casos de asilo al día en fronteras mientras miles de personas son rechazadas de manera automática todas las semanas, en su mayoría bajo la excusa de la pandemia del COVID-19.
A partir de ahora, el gobierno empezará a procesar 250 casos al día, entre todas las fronteras y puertos de entrada al país. El cambio llega tras un acuerdo alcanzado por la administración Biden y asociaciones de defensa de los inmigrantes tales como la ACLU (Asociación de Derechos Civiles, por sus siglas en inglés) y el Proyecto de Derechos Civiles de Texas. Ambas asociaciones, junto a otras, habían iniciado una demanda colectiva contra el gobierno para que le pongan fin al Título 42, una orden ejecutiva en vigor que le permitió al gobierno expulsar inmediatamente a un promedio de 100 mil inmigrantes al mes por la premisa de que eran un riesgo ante el coronavirus.
Si bien la demanda ha quedado en pausa, el gobierno se sentó a negociar con las asociaciones y el DHS (Departamento de Seguridad, por sus siglas en inglés). Como parte de esta negociación, ya se han procesado dos mil casos de personas solicitando asilo.
¿A quiénes se les está permitiendo entrar?
Son solamente migrantes en condición de extremo riesgo o vulnerabilidad. La mayor parte de los casos se dan en la frontera sur. A quienes se están aceptando, generalmente, son personas con condiciones de salud que no se tratan en México, así como mujeres embarazadas, víctimas de extorciones, secuestros y familias de otros países que llevan mucho tiempo varados en México.
Durante meses las organizaciones de defensa de inmigrantes han estado denunciando que había miles de casos de personas en condiciones extremadamente vulnerables que estaban siendo rechazados. Los casos más frecuentes que se veían, según fueron descritos en la demanda colectiva, tienen que ver con personas diabéticas tipo 1 -que no pueden inyectarse insulina de manera segura en México-, niños con condiciones médicas complicadas, adultos con complicaciones en riñones y corazón, pacientes psiquiátricos en riesgo de suicidio y personas con necesidad de cirugías urgentes.
¿Qué organizaciones están ayudando a los migrantes?
Además de la ACLU y el Proyecto de Derechos Civiles de Texas, las caridades católicas de McAllen en Texas, la Casa del Migrantes en Matamoros y la Alianza de Salud de los Refugiados en Tijuana han participado de la demanda y están colaborando para que se revisen casos de personas en riesgo que fueron rechazadas en la frontera.
La nueva cuota de los 250 migrantes estará controlada por estas organizaciones, con liderazgo de la ACLU.
Entrar bajo asilo en la frontera es un proceso legal. Durante décadas los Estados Unidos aceptó este tipo de casos, que luego son procesados dentro del país para una aprobación definitiva. La administración Trump, sin cambio de la ley, modificó el modo de procesamiento exigiendo que todo el trámite se hiciera desde el exterior y entraran al país una vez que tuvieran aprobación -lo que podía tomar años-.
Bajo la consigna de que permitir el ingreso de más migrantes ponía en riesgo la salud de los estadounidenses durante la pandemia, la administración Biden cambió el requisito de que los asilos se procesen en el exterior, pero ha rechazado casi la totalidad de los casos que llegan a la frontera hasta el momento. Este es el primer paso para que la situación cambie.
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