Estados Unidos, que todavía no se ha pronunciado sobre un posible boicot a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing en 2022, afirmó el miércoles que quería impedir que China los use como una “plataforma” para su propaganda.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, acusó de nuevo a Beijing de “continuar perpetrando crímenes contra la humanidad y un genocidio” contra los musulmanes uigures en la región de Xinjiang, al presentar el informe anual del Departamento de Estado sobre la libertad religiosa en el mundo.
Cada vez más figuras republicanas piden al gobierno demócrata de Joe Biden que boicotee la competición deportiva invernal para protestar contra estas violaciones de los derechos humanos. Pero, hasta el momento, los dirigentes estadounidenses han postergado una decisión.
Preguntado por la prensa sobre un posible boicot, un alto responsable del Departamento de Estado encargado de la libertad religiosa, Dan Nadel, respondió que Washington continuaba “examinando las opciones en términos de política y de mensaje” susceptibles de “promover” sus “prioridades” sobre los Juegos Olímpicos.
“Esto incluye contrariar la intención de Beijing de usar los Juegos como plataforma para validar, de alguna forma, su modelo de gobierno y esconder sus flagrantes violaciones de derechos humanos”, añadió.
“No podemos cerrar los ojos frente al balance aberrante de Beijing en materia de derechos humanos”, insistió este responsable, estimando que esto concernía también al Tibet, Hong Kong y al resto de China.
El gobierno chino “transformó Xinjiang” en “una prisión a cielo abierto” y los “desplazamientos de las personas son seguidos de cerca”, afirmó Dan Nadel.
“Somos conscientes de que, cuando se trata de los Juegos Olímpicos, nuestros esfuerzos serán más eficaces si actuamos con socios que piensan como nosotros”, continuó, asegurando que el gobierno Biden estaba realizando consultas con el Congreso estadounidense, pero también con sus aliados extranjeros.
Al mismo tiempo, Blinken anunció nuevas sanciones contra Yu Hui, antiguo alto responsable de Chengdu, en la provincia china de Sichuan, por su implicación en “violaciones de los derechos humanos”, como la “detención arbitraria” de fieles del grupo religioso Falun Gong, prohibido en China “a consecuencia de sus creencias espirituales”.
Yu Hui y su familia próxima tienen ahora la entrada prohibida a Estados Unidos.
Con información de AFP
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