Si hay alguna consecuencia positiva de la pandemia del COVID-19 es que la distancia social, el frecuente lavado de manos y el uso de mascarillas han logrado reducir significativamente la incidencia de la gripe en los Estados Unidos.
Los laboratorios clínicos en Estados Unidos han reportado 2.038 casos de gripe entre el 27 de septiembre del 2020 y el 24 de abril del 2021, según datos publicados por los CDC (Centros para el Control de Enfermedades según sus siglas en inglés). Durante una temporada típica la cifra se suele ubicar alrededor de los 200.000, pero las autoridades sanitarias estiman que la cifra real se ubica entre los 9 y los 45 millones.
Si bien el dato es positivo por donde se lo mire, existen dudas de qué ocurrirá con esta enfermedad el año próximo. Cada seis meses, en abril y el septiembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene un encuentro donde expertos analizan el comportamiento de la gripe ese año en particular.
En base a los datos obtenidos deciden cuáles serán las cuatro cepas más agresivas para el próximo año y, en base a esa información, los laboratorios fabrican la vacuna. Sin datos sobre la gripe este año, la producción de vacunas de la gripe se hará a ciegas. Si para el año que viene se vuelve a la vida normal, sin distancia social ni tapa bocas, y no hay una vacuna eficiente contra la gripe, la situación con respecto a esta enfermedad en particular podría ser más complicada de lo que era en los años previos a la pandemia.
Basado en los datos limitados de este año, en la reunión de abril se decidió que para el año próximo se desarrollará la vacuna similar a la de este año, ya que muy poca gente desarrolló anticuerpos para la cepa actual.
Si bien los expertos temen que podamos estar ante una temporada de gripe severa, pronostican que seguirá durando un promedio de 13 semanas, entre octubre y abril.
Los expertos esperan que la pandemia del COVID-19 haya generado en la población conciencia sobre la importancia de la precaución y los cuidados higiénicos no solo para este virus, sino también para otros.
Todas als estadísticas relacionadas al COVID-19 en los Estados Unidos muestran una franca reducción a medida que los efectos de la campaña de vacunación se manifiestan a lo largo del territorio. En esa línea, el doctor Anthony Fauci, principal epidemiólogo del país, ha dicho que si la tendencia se mantiene y la vacunación sigue en alza, podríamos estar ante la posibilidad de que se relajen aún más las recomendaciones, como por ejemplo el uso de máscaras tapa bocas en espacios cerrados.
No obstante, consciente de que la población comienza a vislumbrar una era post-pandémica, Fauci surigió que dada la experiencia adquirida las mascarillas podrían convertirse en un hábito de temporada para evitar enfermedades respiratorias. En concreto, Fauci cree que durante los meses del pico de la gripe, las personas podrían recurrir a su uso, considerando su confirmada efectividad.
“Es concebible que, a medida que avanzamos, en uno o dos años, durante ciertos períodos estacionales donde se registran ciertos virus respiratorios como la gripe, la gente elija usar mascarillas para disminuir las posibilidades de esparcirlas”, expresó.
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