El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hablará este miércoles por primera vez ante el Congreso, en un discurso en el que busca plasmar su voluntad reformadora, especialmente en materia fiscal tras un inicio de mandato marcado por un fuerte golpe de timón.
En vísperas de la barrera simbólica de los 100 días en el poder, el inquilino de la Casa Blanca expondrá su proyecto para las “familias estadounidenses”, que según el gobierno es una “inversión histórica” en educación y en la infancia.
El pronunciamiento es muy esperado ya que se esperan anuncios sobre cómo va a financiar sus ambiciosos proyectos, en particular con un alza de los impuestos para el 0,3% más rico.
Varios medios especulan que la tasa impositiva podría llegar a doblarse, pasando del 20% al 39,6%.
Este discurso también va a marcar el inicio de un agrio debate en el Congreso, ya que si bien su plan de alivio para una economía muy lastrada por la pandemia por 1,9 billones de dólares logró ser aprobado, el debate sobre su gigantesco plan de infraestructura y su reforma educativa generan más divisiones.
En la solemne tribuna del hemiciclo, el presidente demócrata probablemente va a destacar el progreso “impresionante” que logró el país en la lucha contra el covid-19, según las palabras que usó él mismo el martes para describir la rápida campaña de vacunación.
Biden continúa impulsando planes sociales para hacer frente a la crisis provocada por la pandemia de coronavirus. Según informa el portal local Axios, el presidente pedirá ante el Congreso la aprobación de un plan de 1.800 millones de dólares para cubrir gastos de sanidad, atención infantil y educación.
Para pagar ese paquete, de acuerdo a lo indicado por personas familiarizadas con el tema, el mandatario propondrá aumentar los impuestos a las ganancias de inversión de las personas más ricas.
Según lo trascendido, Biden se comprometerá a no subir los impuestos a los hogares que ganan menos de 400.000 dólares, así como tampoco tiene previsto aumentar el tipo, ni reducir las exenciones de los impuestos sobre el patrimonio, de acuerdo a lo consignado por Bloomberg News. Durante su campaña Biden había propuesto bajar la exención sobre los patrimonios a 3,5 millones de dólares. No obstante, los republicanos se opusieron férreamente calificándolo como un “impuesto sobre la muerte”, que castiga a las personas con éxito para que no traspasen su riqueza a sus hijos. Asimismo, argumentan que perjudica a los propietarios de pequeñas empresas.
La exención actual de 11,7 millones de dólares es una de las más altas de la historia reciente. Hace dos décadas, era de sólo 675.000 dólares.
Por otra parte, cerca de 96 millones de personas, es decir cerca de un 30% de la población completaron su calendario de vacunación y el martes la autoridad sanitaria recomendó que las personas ya inmunizadas -es decir que hayan desarrollado anticuerpos tras ser inoculados- no necesitan usar mascarilla en los lugares abiertos, salvo que estén en un evento multitudinario.
“El presidente está trabajando en este discurso desde hace varias semanas”, destacó Jen Psaki, la portavoz de la Casa Blanca, que prometió que la alocución también abarcará el terreno diplomático.
La vocera también indicó que Biden va a hablar de su determinación de que Estados Unidos “recupere su lugar en el mundo” y que abordará las relaciones con China.
Los discursos presidenciales en el Capitolio están marcados por la pompa y la solemnidad y son una tradición muy importante en la política estadounidense, pero este año, la ceremonia que comienza a las 21H00 (las 01H00 GMT del jueves), se desarrolla bajo un ambiente particular, marcado por la pandemia.
En lugar de las 1.600 personas que suelen asistir al evento, el aforo fue limitado a 200. Y los legisladores fueron instados a proponer una lista de invitados, pero “virtual”.
Como represente de la Corte Suprema, John Roberts, su presidente será el único asistente, el jefe de la diplomacia, Antony Blinken, también logró un cupo y el secretario del Pentágono, Lloyd Austin, pero el resto del gobierno deberá mirar el discurso por televisión.
Con la pandemia no será necesario elegir al “superviviente designado” una tradición según la cual un miembro del gabinete permanecía oculto, para que si el edificio sufre un ataque pueda haber una continuidad del gobierno.
Otra novedad, pero no relacionada con la pandemia será que Biden estará escoltado por dos mujeres, la líder de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y por Kamala Harris, que con la llegada al poder de Biden en enero se convirtió en la primera mujer en acceder a la vicepresidencia.
Se espera que la atmósfera sea mucho más distendida que el último discurso de un presidente estadounidense ante el Congreso, el reporte sobre el Estado de la Unión que pronunció el republicano Donald Trump en febrero de 2020.
Antes del inicio de la ceremonia, Trump evitó sin disimulos estrecharle la mano a Pelosi y cuando éste terminó de hablar, la jefa de la bancada demócrata rompió vistosamente el papel que contenía el discurso.
Hasta ahora, Joe Biden ha pasado 100 días proyectado la imagen de una presidencia sin dramas ni escándalos, alejada de las turbulencias de la era Trump.
Con información de Bloomberg, AFP
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