Florida se está consolidando como el gran bastión anticomunista y antisocialista de los Estados Unidos. El movimiento conservador a nivel nacional se está mudando de Washington al estado sureño -organizaciones como Freedom Partners llevaron sus oficinas centrales al área de Orlando y el tradicional evento de CPAC se celebró también en el centro de Florida este año-. Pero para consolidar la tendencia, la legislatura estatal ha ido un paso más allá. Anoche aprobó una ley de educación cívica que promueve en las currículas de todo el estado la discusión de ideologías políticas contrarias a los principios de Estados Unidos, entre estas el comunismo, e incorpora testimonios orales de las víctimas de estas ideologías.
El proyecto surgió en Miami tres años atrás, impulsado por el activista cubano-venezolano-americano Benjamín De Yurre. Pasó por las manos de varios políticos en el estado y el pasado 4 de marzo de 2021 tuvo su primera gran batalla ganada cuando bajo el formato de ley HB5, fue presentado por el representante estatal republicano, Ardian Zika, ante la cámara baja estatal donde lo aprobaron de manera unánime.
“El representante Zika es de origen yugoslavo. Él, junto a su familia, vivió el carne propia el flagelo del comunismo”, explicaba a Infobae De Yurre.
Para aquella primera votación, docenas de sobrevivientes de regímenes comunistas se acercaron hasta Tallahassee, capital de Florida, para apoyar el proyecto y asegurarse que historias como las suyas sean contadas en las aulas de todo el estado.
La ley (código HB5) exige que las clases acerca del gobierno de los Estados Unidos (conocidas muchas veces como educación cívica), incluyan una discusión comparativa de ideologías políticas que, como el comunismo y el totalitarismo, entran en conflicto con los principios fundacionales del país. Además, se le instruirá al departamento de educación que haga un compilado de historia oral de aquellos que han sido “víctimas de las filosofías de gobierno de otras naciones” y hoy viven en un país capitalista, para poder preservar esos testimonios.
La fundación víctimas del comunismo realizó una encuesta en la que determinó que uno de cada tres millennials en los Estados Unidos tiene una visión favorable del comunismo.
“Yo nací en Cuba y perdí esa patria. Me adoptó Venezuela, y también la perdí. No voy a perder mi tercer país. Por eso estoy dedicado a luchar contra el comunismo”, decía De Yurre, un activista que no se identifica con ninguno de los dos partidos principales de los Estados Unidos.
La ley pasó por cuatro comités, dos en cámara baja y dos en el senado, donde fue aprobada por unanimidad. Anoche, presentada ante el pleno del senado estatal por la legisladora Ana María Rodríguez recibió su aprobación final. Sólo queda esperar por la firma del gobernador Ron DeSantis, que debería llegar en cualquier momento.
“Es una ley importante e histórica. Tenemos que enseñarle a la juventud cuales son los daños que el socialismo ha causado y evitar la imposición del marxismo que se ve en muchas de nuestras universidades”, reflexionaba De Yurre.
El 1 de julio entran en vigor en el estado todas las nuevas leyes aprobadas durante los sesenta días que dura la sesión legislativa. Generalmente el gobernador realiza una ceremonia durante el mes de junio en la que públicamente firma todas las nuevas leyes.
Entre estas nueva leyes figura también la aprobada el pasado 7 de abril (HB233), que da herramientas a los estudiantes para denunciar a los profesores que intenten defender teorías, entre éstas el comunismo, por sobre otras. Al respecto, se le permitiría a los alumnos que graben a los docentes cuando se debaten esos temas para que las grabaciones puedan ser utilizadas como evidencia en caso de que el docente demuestre un sesgo político.
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